¿Sentimiento?

27 mar 2016 / 10:35 H.

Cuando niños, la Semana Santa era tiempo de recogimiento y de negaciones. No alborotar, no oír radio, no salir a menos que fuera a oficios religiosos, nada de bares, nada de cines, en suma nada de aquello que pudiera suponer distraer la mente en algo que no fuera la exclusividad de lo religioso, fomentada además desde la propia escuela y desde la poderosa autoridad eclesiástica. Todo ha cambiado desde entonces y la reflexión viene en saber si de esa nada se ha pasado a un todo que convierte estos días en un periodo vacacional, en una hábil oferta hostelera y en un sinfín de actividades al socaire de lo que sigue siendo la celebración cristiana de la Pasión. Por otra parte, las propias autoridades, en muchas ocasiones, de ideologías cercanas a lo profano apoyan y promocionan las celebraciones de estos días arguyendo ser bienes culturales y tradiciones que han de respetarse y ensalzarse. Cabe pensar que esa y no otra de mayor calado sea la razón de esa efusiva exaltación. Bienvenido sea de cualquier modo que en estos días se haya creado trabajo que falta hace, hayan servido de descanso y que cada cual desde su concepción lo haya vivido a su manera y además, quién ha recordado estos días que seguimos sin gobierno.