Siete mujeres menos

Cuando escribo estas líneas, son ya siete las asesinadas a manos de sus parejas y aún no ha acabado el primer mes del año. Cifras aterradoras que parece que no vamos a ser capaces de zanjar. Asesinatos que pasan a engrosar las estadísticas y que se convierten en armas arrojadizas de los programas electorales. Es evidente, que el gobierno local, regional y estatal, tiene que poner medidas ante esto. No hay duda. Las mujeres maltratadas saben, en alto porcentaje, que las van a asesinar, que el maltratador no cambia y que la justicia es muy lenta. Es frecuente que el miedo que siente una mujer que ha pasado por episodios violentos a manos del supuesto amor de su vida te bloquea tanto que toda ayuda es poca para ver que el camino continúa y que el pánico se supera. Pero más peso tiene la educación que se recibe en casa. Hartos de hablar de igualdad, ¿se pone en práctica en los hogares o es un asunto que solo se trata en las aulas? Educar en igualdad a nuestros hijos e hijas es prepararlos para el futuro, es enseñarles a abandonar la sociedad patriarcal que venimos mamando.