Sin Fronteras

18 ene 2016 / 09:34 H.

Que el ébola vaya poniendo un punto, que se espera sea final, en África occidental no solo es un motivo de celebración, sino un marco esperanzador en un mundo caótico e injusto. Que 10.000 niños sean vacunados contra el sarampión y el neumococo en Gadzi, República Centroafricana, es señal de que, a pesar del sufrimiento de las zonas más vulnerables del mundo, algo se está haciendo bien. Que 20.129 personas sean rescatadas y salvadas en el Mediterráneo por los equipos de salvamento de MSF (Médicos Sin Fronteras) es algo que no debe caer en el olvido, porque todas estas lecciones nos enseñan que hay personas que se esfuerzan en hacer una labor humanitaria que va más allá de todo pronóstico con el propósito de dar dignidad a cualquier persona independientemente de su nacionalidad, su raza, su sexo, su religión o su ideología política. La humanidad va más allá de la solidaridad hacia los demás. La denuncia siempre debe ser un hecho presente y palpable, como la esperanza.