Sin la frente marchita

17 may 2018 / 08:20 H.

Conversando con un joven que recién acabados sus estudios tuvo que marcharse a otro país, me manifiesta su deseo de regresar a nuestra provincia para establecerse y generar riqueza y empleo. Como él son muchos los que se marchan en busca de oportunidades, pero nunca pierden la esperanza de volver, como rezaba un conocido tango de Gardel. En nuestras manos está que vuelvan pronto, porque el problema de la despoblación de nuestra tierra va en aumento y amenaza la vida de nuestros pueblos. La falta de oportunidades, la escasa inversión, la baja renta per cápita, un saldo migratorio negativo y el bajo índice de natalidad, entre otras, son las causas que están provocando el envejecimiento de la población y que no se pueda garantizar el relevo generacional. El esfuerzo de cuatro décadas de ayuntamientos democráticos parece que ha caído en saco roto, porque la gente se marcha buscando lo que no encuentra en el lugar que les vio nacer. Un abanico de soluciones podría pasar por el impulso de la diversificación económica, evitar la pérdida de infraestructuras básicas y el apoyo al emprendimiento joven, porque siempre hay que tener un lugar adonde volver, pero eso sí, sin la frente marchita.