Solidaridad

05 mar 2018 / 09:27 H.

La solidaridad llegó al discurso político desde el feminismo. Y como suele pasar con las cosas de mujeres se simplifica y confunde. Se denigra cuando nos dicen que entre nosotras somos naturalmente enemigas, incapaces de la solidaridad y éxito conjunto. Malevolencia patriarcal que se justifica ante el arcoíris de distintas sensibilidades feministas que llenará las calles de Jaén el 8M. Por un lado el feminismo institucional con sus lobbies y grupos de presión. Desde los 80 ha permitido que mujeres declaradamente feministas lleguen a la política y al propio Estado. Facilitando la proliferación de Universidades y centros de investigación feminista. Creando espacios y condiciones para la divulgación e innovación de la teoría feminista. Germen de las nuevas formas de hacer feminismo. Pequeños grupos, espontáneos, asamblearios, mujeres muy jóvenes que se movilizan en torno a este 8M. Pero como dice Amoros “nadie piensa en vacío, mucho menos una feminista”. La teoría feminista es la misma, la que da nuevo significado a la realidad y el movimiento social es el que la cambia. Pero “no se mueve quien quiere, sino quien puede”. El éxito de las que se mueven y de las que no, el próximo 8M ya lo tienen, por estar ahí trasformando el mundo definiéndolo y redefiniéndolo para cambiar la vida de las mujeres.