Sueldos bajos, pesiones indignas

17 mar 2018 / 12:16 H.

Aún no es media mañana y ya hay autobuses aparcados en la explanada de la institución ferial de Jaén, procedentes de diferentes puntos de la provincia. La excursión, por un módico precio, incluye transporte, almuerzo y visita a la Feria de los Pueblos de Jaén. Todo un éxito de convocatoria, en la que los 97 municipios se esfuerzan por dar una imagen potente, atractiva, moderna y habitable, para sus habitantes y, en teoría, para el exterior. Pero allá que entran los iliturgitanos y se dirigen al stand de Andujar. Los tosirianos van al de Torredonjimeno, los tuccitanos al de Martos, los torafeños al de Iznatoraf, los galdurienses al de Jódar, y cada mochuelo se posa orgulloso en las ramas de su olivo. La muestra se presenta como una oportunidad para un gran número de empresas del sector turístico y gastronómico, al igual que en “Tierra Adentro”, pero en este caso más orientado a clientes internos. Se podría decir que, al margen de hacer atractivos estos municipios para visitantes, hay una clara orientación hacia el vecino de convencerle que como en el pueblo de uno, no se vive en ningún lado. Este vecino, a la vez elector, merece toda la atención y de ahí que cada casa consistorial destine la partida presupuestaria que haga falta, más, si cabe que en la otra feria del pueblo, vayamos a quedar mal con los de al lado. Si de algo podemos presumir en nuestra provincia es de pueblos hermosos, y lo que es más importante, de territorios habitados. A diferencia de muchas otras provincias, la mayor parte de la población de Jaén vive en sus pueblos, y tan sólo el 17,39% vive en la capital. En Sevilla, por ejemplo, el 77, 77% de la provincia vive en el área metropolitana de la capital, con los problemas que esto supone de convivencia en la gran ciudad y de abandono en las zonas rurales.

No es raro que muchos de los que visitan esta Feria de los Pueblos sean pensionistas. Jaén es la provincia de Andalucía con el mayor porcentaje. 140.024 pensionistas lo que supone un 21,25% de la población, siendo la media de la región un 18,29%. Entre las que menos, Almería con un 14,73 % y Málaga un 16,05%, precisamente las dos únicas con una proyección demográfica al alza en los próximos 25 años. Jaén, además de tener el récord de pensionistas, también está entre las pensiones más bajas, con una de 766,03 euros, sólo por encima de Almería con 754,54 euros y muy lejos de la más alta que es Cádiz con 932,41. Ha sido noticia en estos días las manifestaciones que en todo el territorio nacional han protagonizado los pensionistas en defensa de una retribución digna. La cuestión es tremendamente delicada, teniendo en cuenta las tensiones financieras y demográficas de nuestro país. Desde el 2011 la Seguridad Social viene cerrando sus ejercicios económicos con pérdidas. Este 2017 el déficit se ha elevado a 18.800 millones de euros. Al problema demográfico, se le suma la precariedad del empleo. En la última década las pensiones se han revalorizado anualmente más del doble (un 3,4%) que los salarios (tan sólo un 1,5%). Los economistas, siendo más realistas que catastrofistas, podemos afirmar que, con trabajos infames y sueldos anoréxicos, no se podrá seguir manteniendo el actual sistema de pensiones y, ante este problema, habrá que tomar decisiones urgentes. Una de ellas es trabajar más años, qué poca gracia hace, y otra, es ir pensando en contratar planes de pensiones privados que complementen la ruina que nos va a quedar de jubilación. El problema es gordo, y eso que tenemos pensionistas que son verdaderos héroes nacionales, con cuatro euros se ajustan a la economía doméstica, y todavía les queda para echar una mano a los hijos. Miedo da cuando nos jubilemos esas generaciones con otra cultura del gasto.