Tejos a
la Carta Magna

Felicidades, Constitución Española de 1978; gracias, que también lo mereces. Hoy, en tu 39 onomástica, estás más cañón que nunca habida cuenta te ha dado por ajustarte a la talla 155 de la mano del ilustrísimo gimnasio judicial, menudo pecho paloma te tenas guardado. Lo de ser cuasi cuarentona te ha realzado el atractivo, será por eso que Arrimadas es tan amiga tuya. No hay quien te tosa, de lo que me alegro, menuda seguridad y sombraje nos has dejado. Por mí te quedas de niñera para el futuro de mis retoños, no vayan a empoderarse y entrarles “democracia” de porrete para luego acatarte en “to” que se les vaya el humillo de la yerba como practican en procesión los del 3 % y el flequillo morenazo, ¡qué poder, niña! Ahora todos somos de ocho apellidos constitucionales sin tener que dar un palmetazo en la mesa, realmente acongojante. Está claro, tienes buena pasta al dente de concienzuda elaboración, de verdad que no te apreciaba lo que tú vales, una pureta muy de moda que parecía ser medio inútil y has resultado la buenorra del corral normativo. Te felicito, aquí un amigo.