Territorio singular, tierra conquistada

La encuesta que publica este periódico junto con otras cabeceras andaluzas refleja el vigor actual del socialismo y el papel consorte que no acaba de dejar la oposición >> España, atemorizada con Cataluña, no toma las decisiones que necesitamos >>

14 ene 2018 / 11:30 H.

Se desangra (y no metafóricamente) Cataluña con una facción independentista que prefiere el monte al diálogo, el lamento al arreglo y España, también paralizada políticamente, sigue sin acometer las grandes cuestiones de Estado que nos atenazan el futuro, desde la reforma de la Constitución a las pensiones. Nadie quiere tomar medidas más allá de unas cuantas semanas no vaya a ser que el coste electoral sea elevadísimo. Quizá sea esa la causa que fundamente el “sorpasso” de Ciudadanos, que según una encuesta del periódico “El País”, pasaría a ser la fuerza más votada si en este momento hubiese elecciones. La inacción patente de Rajoy avista marejada y si el partido en el Gobierno no cambia el rumbo y ejecuta su principal responsabilidad, la de gobernar con horizonte lejano, no solo el día a día, del bipartidismo histórico pasaremos a un nuevo bipartidismo, aunque quizás el fuelle de Podemos siga añejándose en demasía.

Es curioso cómo aquello del centralismo histórico, la idea de nación, el concepto de unidad de España frente a todo y ante todos es lo que más aire está dando al partido de Rivera. En Cataluña, convertido en el primer partido, por delante de los independentistas y, ahora, en España, a tenor de esa encuesta. También merece una reflexión seria cómo de real es lo de España con respecto a Madrid y sus irradiaciones y la falta de influjo en Andalucía, con Despeñaperros como dique de contención. Hasta cuatro décadas después. Una encuesta que publica este periódico conjuntamente con “La Opinión de Málaga”, “La Voz de Almería” y “Diario Córdoba” viene a subrayar dos cuestiones primordiales, que el PSOE ha sabido renovar su discurso y seguir incardinado social y políticamente y dos, que la oposición se enfrenta a sus propios fantasmas en Andalucía, una y otra vez cae relegada a papel secundario. Territorio singular, tierra conquistada (o por conquistar) según se mire, que hace del Sur el mismo lugar que vilipendia la nomenclatura centralista porque no hay alternancia que un paradisíaco lugar para vivir, al que solo el lastre del paro (y cierto servilismo) atenaza dado que potenciales tiene como para convertirse en la nueva Cataluña del siglo XXI.