Todos con Juanma

13 mar 2017 / 11:33 H.

La vida puede llegar a ser tremendamente maravillosa. De color de rosa o, en este caso, de azul. El Partido Popular es, en estos días, una balsa de aceite en la que todos están con él. Juan Manuel Moreno Bonilla se enfrenta a sí mismo en un comité regional en el que, por aquello de jugar en casa, saldrá reforzado, vitoreado y glorificado para subir directamente a los altares, a lomos de la gaviota que sobrevuela Andalucía. El último viernes antes de someterse al voto de los compromisarios estuvo en una ciudad gobernada por los suyos y en la que, sin embargo, cosecha amistades peligrosas. Las mujeres lo piropearon por la mañana y sus afiliados lo aplaudieron por la tarde. Toca abrazar la fe en el esprint final.

El candidato está de gira en una semana en la que, en realidad, todo está decidido. Tres años después de tomar las riendas de un partido falto de liderazgo, se someterá al voto de su particular pueblo en un congreso de estreno. Es la primera vez en la historia de esta fuerza política que los militantes que están al corriente de pago en sus cuotas eligen al aspirante a presidir la agrupación andaluza en unas urnas que, eso sí, exigían el requisito de la preinscripción. No estuvieron todo lo concurridas que la organización esperaba, pero suelen ocurrir cosas como esta cuando se trata de la primera vez.

Las ocho direcciones provinciales respaldaron públicamente a quien allegados y no allegados llaman ya Juanma. Lo que hace la confianza. Las redes sociales dejan el rastro de fotografías en las que representantes del Partido Popular introducen su voto en una urna de cristal. La transparencia suma puntos en una convocatoria trascendental. Toca votar al presidente de Andalucía en un proceso de democratización interna convertido en el escaparate perfecto de un partido perfecto. De lo único que se habla en este momento es de la quince edición del congreso autonómico. El monotema. Sin embargo, las citas provinciales que cada vez están más cerca son un telón de fondo que tiene grandes descosidos de norte a sur y de este a oeste. El pulso que mantiene Juan Manuel Moreno Bonilla con gran parte de las direcciones territoriales es imposible de obviar en los prolegómenos de tan importante cita. El régimen de incompatibilidades que impulsó él mismo para evitar acumulación de puestos tiene “levantados” a más de uno y a más de dos. Está claro que el jefe de arriba cuestionó la continuidad del jefe de abajo y, desde entonces, la revolución se impuso en las provincias. Los amenazados por el régimen “una persona, un cargo” exigen que empiece por aplicárselo el protagonista: presidente del Partido Popular de Andalucía, diputado en el Parlamento andaluz y presidente del grupo parlamentario y, además, senador. Hay que dar ejemplo. Su empeño en conseguir la ansiada renovación caerá en saco roto si, finalmente, se imponen las excepciones en una normativa de reciente aprobación en Madrid.

Todo a su debido tiempo. El fin de semana próximo es para Juanma. En el seno del partido que preside lo tienen asumido. Málaga será el próximo destino de un tren de ida en el que se liará parda a la vuelta. Las espadas no solo están en alto por la guerra de las incompatibilidades. Si ese fuera la única batalla... La traca final llegará cargada de armamento con protagonistas de excepción en el reparto de una película de auténtico cine. Si el 19 de marzo termina un capítulo, el 20 empieza la verdadera trama de una historia con un final abierto en lo que ocurra en el congreso provincial. Mientras tanto, todos con él, todas las miradas en él y todos los besos para él.