Tristeza, dolor, melancolía

18 nov 2018 / 12:15 H.

Me sonroja observar el ir y venir de políticos a Jaén en estos días. Toca lo de siempre cuando se avecinan elecciones, caravanas y séquitos con promesas que ni ellos mismos creen. Cuando se vive en la Comarca de Linares-Bailén donde la realidad del desempleo se ha impuesto, donde las perspectivas de presente son nulas y las de futuro nada halagüeñas, toda la fanfarria electoral duele, incluso llega a sentirse como un insulto. Congoja en el corazón porque conozco a muchos ciudadanos cuyos rostros solo reflejan tristeza. Nadie quiere reparar en algo que el paro trae consigo, la epidemia de caras tristes que circunda las calles. Cuando la realidad se vuelve gris y las gentes no encuentran un atisbo de esperanza, se instala la melancolía como un cruel bálsamo que nada cura, que todo lo pospone. Una Comarca que tiró del carro de la economía provincial y ahora solo lidera las estadísticas del desempleo; una zona en la que nadie pensó en diversificar la producción; un Jaén que muere lentamente. Solo una dosis de hechos tendrá beneficios psicológicos, se acabó la credibilidad.