Un chute de endorfinas

21 ene 2018 / 11:31 H.

Dicen que cuando una sociedad pierde capacidad de reírse de sí misma, va camino de ser peor. La magia de la risa, el humor, los chistes, confieren una carga de endorfinas al organismo que sin duda nos llenan de una felicidad que es tan momentánea como imprescindible. Últimamente parece molestarnos el humor, que sí, puede ser de mejor o peor gusto, pero no deja de ser una vía para que afloren sonrisas ahuyentando las malas caras. Un chiste, una viñeta, un monólogo, la letra de una canción, todo vale para darnos buenos momentos. Además desde el humor se consigue llegar las más de las veces a la verdad, por mucho que pese a algunos. Los ataques a la libertad de expresión, a quienes se dedican a hacernos reír conseguirán que muchos de ellos se cansen de ser víctimas y lo dejen, a mi pesar. El humor, señores legisladores, no tiene ideología por mucho que sus señorías se empeñen en ello. Espero que ni Juan Carlos, ni Arturo, se cansen de hacer viñetas, ni las chirigotas de cantar, que no desaparezcan las revistas satíricas. Necesito un buen chute de endorfinas, soy adicto.