Un paso al frente

30 oct 2017 / 10:31 H.

Por más que el calor otoñal recuerde todavía al verano, la decisión tomada por Julio Millán esta semana nada tiene que ver con la canción más escuchada, por imperativo humano, en los últimos meses. No fue pasito a pasito, tampoco suave suavecito, sino apresurado, rápido y tan veloz como el viento. Ya hubo un militante que se adelantó en esta carrera por liderar el Partido Socialista y, a tenor de las circunstancias, no habrá dos. El parlamentario jiennense más activo de las redes sociales, hasta que alguien demuestre lo contrario, tiró de ellas para anunciar la respuesta a aquella pregunta del millón que retumbó en sus oídos en la recién terminada Feria de San Lucas.

Su compañero de fatigas, Manuel Fernández Palomino, frenó en seco en sus pretensiones de continuar en primera línea de la actividad orgánica de una agrupación municipal convertida en una balsa de aceite. Tanta sintonía con la dirección provincial, por cierto, extraña a propios y a extraños. Un verso suelto reconvertido en una rima consonante con la prosa inducida por una calle Hurtado que simula a una piña. El caso es que el diputado, ahora también secretario de Participación y Movimientos Sociales en la flamante ejecutiva, tiene ya bastante con lo que tiene y, valga la redundancia, pasará a segunda actividad para aportar la experiencia que da tanto viajar. En su mochila quedan aquellos esfuerzos por unir lo desunido después del detalle sin precedentes de la dimisión forzada de Carmen Peñalver, la exalcaldesa que lo eligió, precisamente a él, para dirigir la cartera de Hacienda en el Ayuntamiento de Jaén. Eran tiempos en los que se bifurcaron los senderos hasta que, con estrategias intrínsecas a la política, el Partido Socialista consiguió conectarlos en un solo camino.

De esta forma llega el momento de Julio Millán. Su nombre sonó con conocimiento de causa en las últimas elecciones municipales e, incluso, dejó de estar en las quinielas de los alcaldables de la noche a la mañana. El proceso no le convenció. Tantos dimes y diretes abocaron al entonces delegado de Agricultura a darle la vuelta a la tortilla y respaldar a Manuel Fernández. Quizá sea por eso por lo que, ahora, la historia se repite, pero viceversa. Nada pasa porque sí. Joven, preparado, símbolo de la nueva generación, con enorme proyección política... Así será el futuro secretario general del PSOE de la capital, porque a nadie se le escapa que José Sánchez, que lleva el “sanchismo” hasta en el apellido, lo tiene complicado en el juego en el que se convertirá el próximo congreso local, previsto para la primera quincena de noviembre. ¿Para qué esperar más? Cuando las cuentas están claras, no existe espacio para las demoras. No habrá más jugadores en el tablero. El delegado de Fomento —por si alguien tiene dudas— respaldará sin fisuras a Julio Millán, un socialista situado en la hoja de ruta de la primera fuerza política de la provincia desde que Francisco Reyes era delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, cuando lo fichó para la Agencia Andaluza del Voluntariado. La candidatura orgánica es una cosa y otra muy distinta es la lista necesaria para aspirar a la Alcaldía de Jaén. Harina de otro costal en la que los protagonistas, aparte del que ahora lo es, pueden llegar a ser otros. Conocidas son las aspiraciones de Rafael Valdivielso y, aunque no es el momento de tocar ese palo, no hay negativa por respuesta. Ejemplos de que uno puede ser secretario general y otro alcalde hay a la vuelta de la esquina: Juan Espadas en Sevilla o Francisco Cuenca en Granada. Eso sí, todos son hijos de un mismo proyecto político: el PSOE.