Universidad española en cifras

07 nov 2017 / 08:49 H.

Hace unas semanas la CRUE presentaba el informe sobre la universidad española en cifras, que rompe muchos de los mitos y prejuicios que hemos escuchado de los últimos años. Por fin hemos superado la idea de que en España sobran universidades y hay demasiados universitarios. Si algo nos ha quedado claro en estos informes periódicos, es que España es uno de los países de la OCDE con un número menor de universidades por habitante, mucho menor que por ejemplo EE UU, Francia ó Gran Bretaña. Resulta significativo, además, el reducido número de estudiantes de máster, que no alcanza ni los niveles medios de la UE, lo que supone un primer déficit para las exigencias posteriores del mercado laboral. Tampoco la población española está sobrecualificada. España tiene un 35% de la población de 25 a 64 años con estudios superiores y la media de la OCDE se sitúa en un 36%.

Se puede decir al amparo de los datos, que España tiene un buen sistema universitario y las universidades gozan de buena salud, realizando sus funciones en condiciones complicadas, ya que desde 2008 la reducción de su capital humano e inversión en I+D ha sido transcendental. A pesar de ello más de una tercera parte de nuestras universidades está entre las 800 mejores del mundo, es decir, entre el 5% de las mejores de todas ellas, y entre el 20% de las mejores que realizan actividad investigadora. Por disciplinas 20 universidades están en el top 50 de universidades del mundo. Hay que destacar por ejemplo que la Universidad de Jaén está en ese top de las 50 mejores en informática y robótica, enhorabuena a su Rector porque es uno de sus mayores artífices.

De todo ello debemos sentirnos orgullosos, porque todo esto está siendo posible, a pesar de los enormes recortes presupuestarios. España ha sido el único país que en la crisis ha recortado donde no lo ha hecho ninguno de los grandes: en educación superior e Investigación.

Otros datos significativos son la leve bajada de alumnado, que tiene que ver con la propia evolución demográfica, lo que entre otras cosas debería llevar a las universidades a buscar un público más diverso y abrir sus puertas a todo el mundo, como por ejemplo personas con discapacidad, personas mayores, etcétera. Sigue la tendencia de una mayor número de mujeres que de hombres en las aulas, somos el país que más alumnos Erasmus recibe, aunque el 87% del alumnado de proceden de su entorno más cercano. Entre los retos de futuro habría que reconsiderar que España siga siendo uno de los países que mantiene los precios y tasas más elevadas de la UE y aunque ha aumentado el número de becas, se ha reducido la media y los que más la necesitan la han visto reducida a la mitad de la cuantía. La propuesta de eliminación de matrícula de la Junta de Andalucía sería una buena opción si se adoptara en el conjunto del país, pero las medidas de gratuidad universal en un país tan desigual y con tantos déficits de financiación en las universidades públicas, requeriría quizás una reflexión consensuada con las Universidades. En este capítulo de retos es importante el dato de que desde el año 2000 no se hayan creado ni una sola universidad pública, y en cambio lo hayan hecho 23 privadas. Las Universidades necesitan inversión y apuesta de Estado, porque siguen siendo el principal motor económico de muchas de las provincias españolas, donde la universidad es su principal empresa, tal y como reconoce el propio Foro Económico Mundial.