Universidad viva

31 jul 2017 / 11:20 H.

Nuestra Universidad despunta. Lo hace además en el mejor momento coyuntural posible. Justo ahora cuando más necesitamos exponentes que aporten valor, a la tan infelizmente deteriorada marca Jaén.

La oferta recientemente lanzada de 42 máster oficiales y 20 programas de doctorado para el curso 2017-2018, pretende integrar la ya demostrada capacidad formativa e investigadora de la Universidad de Jaén con las heterogéneas necesidades del alumnado y las cambiantes demandas que plantea la sociedad. Un deseo que pretende convertirse en realidad bajo el paraguas del eslogan “Universidad viva”. Y es que la irrupción de la figura del ingeniero Juan Gómez, para liderar el rumbo del mayor indicador docente de nuestra provincia, como Rector Magnífico de la Universidad de Jaén, aporta unas competencias analíticas y de solución de problemas muy útiles cuando se trata de resolver situaciones en las que conviven la gestión eficiente, el aseguramiento de la calidad, la información técnica y estadística, la sostenibilidad, la obligación de servir a la sociedad, los políticos y los periodistas.

Sin lugar a dudas, una excelente oportunidad la que tenemos al contar con él y que tenemos la obligación de saber aprovechar. Es el momento de exigir que esta apuesta por la formación de postgrado, además de por la cantidad y la variedad de sus productos, mire por adecuarse a sus clientes. Es absolutamente necesario entender en profundidad cuáles son y van a ser los hábitos, los valores y las cambiantes motivaciones de las nuevas generaciones.

Es prioritario saber llegar a ellos, entenderles, empatizar y dirigirles en su etapa formativa y académica de manera amable y basándola en experiencias propias o cercanas creíbles, para así garantizar que ese proceso evolutivo de aprendizaje tenga lugar.

El nuevo consumidor-alumno está tremendamente informado y lo que espera encontrar cuando decide invertir en él y cursar alguno de estos master, debe ser diferente a lo que con una selectiva búsqueda pudiera descubrir en internet. En el sector de la educación se están produciendo cambios casi a diario, siendo en la mayoría de los casos en el entorno tecnológico y fruto de la vertiginosa revolución que experimentamos en este ámbito, pero que desgraciadamente no se ven reflejados en las aulas de forma masiva.

Y no sucede no porque no se estén acometiendo inversiones en herramientas que faciliten los cambios en las metodologías, que en el caso de nuestra Universidad se están comenzando a acometer, sino por el que resulta ser el principal problema que impide que la transformación en educación sea una auténtica realidad, y que no es otro que la evidencia de que no se termina de producir una auténtica transformación cultural en las universidades. Los profes tradicionales obsoletos que forman al “cliente” para un mundo que ya no existe, no ayudan a crecer. La tecnología está cambiando lo que se enseña y cómo se enseña.

Los factores de cambio pasan por contar con docentes con conocimientos tecnológicos, capaces de personalizar los contenidos de sus materias, capaces de impartir materias online, que tengan excelentes dotaciones de comunicación, capaces de ser flexibles con los temarios, que hablen idiomas y puedan hacer atractivas las propuestas académicas a alumnos de otras nacionalidades y también, que sean capaces de desarrollar proyectos prácticos reales que preparen a los alumnos para el entorno laboral tan dinámico al que se enfrentarán.

Sólo así, tendremos opciones para conseguir jóvenes que se queden y menos jóvenes que sigan aquí aportando sus capacidades y generando riqueza en nuestra tierra.

Sólo así haremos excelente lo que ya es un buen slogan: “Universidad viva”.