Veteranos con futuro

24 sep 2018 / 12:02 H.

Demuestran, cada día, que la política puede transformar la vida de los pueblos. Tienen profesiones e ideas diferentes, pero comparten una vocación de servicio público imposible de pagar con dinero. Son los alcaldes. Algunos viven de su trabajo fuera de los ayuntamientos y dedican la mayor parte de su tiempo a su gente. Se sienten respetados por la ciudadanía y todos, de forma unánime, coinciden en que las dos últimas legislaturas son, sin lugar a dudas, las más duras de todas cuantas llevan en el cuerpo. En el ranking de los más veteranos, hay cinco que compiten en una carrera en la que la meta está, simplemente, en ayudar a su gente.

Pronto se enfrentarán a una cita en la que tienen sobrada experiencia y, aunque son duchos en la materia, no terminan de acostumbrarse a la difícil coyuntura de someterse al dictamen del electorado. La próxima primavera hará florecer unas nuevas elecciones municipales y, ante la inminencia de la cita, que hay quien considera una eternidad, se producen los primeros movimientos en el seno de los partidos que gozan de mayor tirón en la provincia. También en aquellos que cuentan con vientos favorables por cuestiones relacionadas con el descontento y el desencanto que conlleva el tan criticado bipartidismo. El caso es que hay alcaldes que empiezan a posicionarse. Están los que apuestan por el relevo generacional, como el de Torres, Diego Montesinos, o el de Cabra del Santo Cristo, José Rubio. Otros abogan por dar continuidad a sus proyectos, como los de cabeceras de comarca entre las que destacan Úbeda, con Antonia Olivares; Andújar, con Francisco Huertas; Víctor Torres en Martos, o Carlos Hinojosa en Alcalá la Real. ¿Qué ocurrirá con los cinco más veteranos de Jaén? Aquí está la respuesta.

Enrique Puñal empezó en política hace veintitrés años y, directamente, se estrenó como alcalde de Cárcheles. El Ayuntamiento estaba gobernado por el PSOE, con una hegemonía que parecía misión imposible romper. Sin embargo, él, afiliado al PP, consiguió dar la vuelta a la tortilla y, así, sucesivamente, hasta hoy. Su rostro aparecerá en los carteles de las próximas municipales, pero con una peculiaridad: lo hará bajo las siglas de Cs. Sobra explicar por qué para quienes conocen a la perfección que fue uno de los críticos populares que abandonó por desavenencias con la dirección provincial.

Francisco Javier Sabalete llegó a la Alcaldía de Escañuela, casi sin pensarlo en 1995. El socialista, centrado siempre en buscar jornales para sus vecinos desde la holgada mayoría absoluta de la que puede presumir, se muestra a disposición para continuar porque mantiene intactas las ganas y la ilusión.

Francisco Jiménez Nogueras ya tiene cumplidas las veintitrés primaveras como máximo dirigente municipal de Santo Tomé. Dedica su tiempo, desde hace más de dos décadas, a su Ayuntamiento y, aunque está pendiente del dictado del PSOE, le gustaría terminar el Centro de Interpretación Baécula antes de retirarse. Si no hay contratiempo, continuará.

Algo parecido ocurre con Manuel Vallejo Laso. El alcalde de Quesada desde hace veintiún años, afiliado al PSOE desde la llegada de la democracia, se someterá también a lo que diga su ejecutiva con vistas a los próximos comicios. Quedan algunos meses por delante y, para él, lo importante es el día a día.

Y, por último, Manuel Fernández Vela, alcalde de Aldeaquemada desde hace diecinueve años, tiene previsto seguir en la lucha diaria por el bienestar de su pueblo, pero le pasa lo mismo que al más veterano. Abandonó el Partido Popular después de aquel congreso que dividió San Clemente y, en la próxima cita con las urnas, su cartel será también el de Ciudadanos. Los veteranos someterán, de nuevo, su carrera política a la opinión ciudadana.