¿Y ahora qué?

04 jun 2018 / 08:54 H.

Da tantos giros la política y son tan eternamente largos los días que, de una crónica a otra, dejan espacio y tiempo, incluso, para cambiar de presidente del Gobierno. El vuelco que vivió el país en la recta final de la semana será difícil de digerir en una sociedad que tiene colmado el vaso de la paciencia por culpa de demostradas corrupciones y verificadas ansias de poder. Bastó una moción de censura para desalojar del Palacio de la Moncloa al Partido Popular después de los castigos judiciales habidos y por haber. Nunca en España prosperó un instrumento que permitió un hito histórico. Pedro Sánchez sorprendió a propios y extraños y, en una jugada maestra, dejó boquiabiertos a amigos y enemigos. Perplejos quedaron en su bancada con el respaldo inesperado de los nacionalistas vascos y, en la del contrincante, petrificados. Algo parecido pasó en Andalucía. También en Jaén. Cada uno celebró a su manera el triunfo de su líder, unos desengrasaron los bombos y los platillos y otros optaron por llevar la música por dentro. El socialista, que por no tener no tenía ni escaño en el Congreso, es el nuevo presidente del Gobierno. ¿Y ahora qué?

A las claras. Pedro Sánchez cuenta con la mayoría de su partido, tal y como se demostró en las últimas primarias. Sin embargo, flaquea en respaldo cuando se habla de poder territorial. Por ejemplo, conocida es la ausencia de química con el aparato en Andalucía y, por ende, con el de Jaén. Quedó patente en las elecciones internas en las que resultó elegido secretario general que no hay filin con la presidenta de la Junta y, aunque la baronesa tiene de “sanchismo” lo mismo que de madrileña, en esto de la moción está con él y todo parece indicar que imperará la paz. Y, como lo que diga Susana Díaz va a misa, la jiennense calle Hurtado cierra los ojos por lo que pueda pasar y sigue la línea que marca un destino, por cierto, bastante incierto.

¿Y ahora qué? Ahora Moncloa es una oportunidad para cargos políticos y promociones personales. Quienes dieron la espalda al nuevo presidente del Gobierno están, en este preciso momento, con él. El discurso de que cerraron filas en torno a Pedro Sánchez, justo después de terminar el proceso de primarias, se repite como un mantra en la boca de quienes le dieron la espalda en su carrera política. Independientemente de que su Gobierno esté programado como mucho para dos años, los “pedristas” suman adhesiones en una tierra en la que eran considerados “rara avis”. Todo son halagos en el banquillo “susanista”. Sirvan de ejemplo los dos jiennenses socialistas que tienen escaño en el Congreso de los Diputados: Felipe Sicilia y Micaela Navarro. Ambos estuvieron en primera línea y vivieron en riguroso directo un hecho tan trascendental para la historia de España como la moción de censura. Solo tienen palabras de apoyo y cariño para una persona que consideran una ventana de esperanza para los andaluces. El primero, además, luce en un perfil político que dará juego entre la piezas del puzle que conformarán el nuevo equipo de Gobierno. La segunda, que dimitió como presidenta del PSOE en una etapa ya olvidada, defiende a capa y a espada al flamante presidente y vaticina que el giro beneficiará a los jiennenses y contribuirá a que la provincia sea más y mejor reconocida.

¿Y ahora qué? Queda claro que de puertas para afuera impera el “sanchismo”, pero en política las deslealtades, antes o después, se pagan. Habrá que ver si el socialismo andaluz y el jiennense empiezan a tener un aliado en Madrid o un competidor. Pronto habrá nuevo delegado en Andalucía y nuevo subdelegado en Jaén. Sus nombramientos despejarán muchas dudas y, aunque al frente interno se le une el institucional, la única respuesta a la pregunta “¿y ahora qué?” es que, como la canción, nadie sabe cómo, cuándo, dónde y por qué.