Yo sí tengo miedo

Confieso mi perplejidad y confusión cada vez que oigo nuevas noticias acerca de Cataluña; a veces me pregunto si es realidad lo que veo o me parece sacado del argumento de alguna película de Almodóvar. Los recientes atentados de Barcelona incluso han sido utilizados por esa minoría desafiante y desalmada que usó una manifestación contra el terrorismo islámico para gritar contra el estado y sus autoridades. No sé cómo acabará esto pues no soy adivino, lo que pienso es que, hace tiempo, muchos han perdido la cordura y la sensatez, no solo democrática sino también humana. ¿A dónde conduce el camino que han tomado los independentistas sin contar con la otra mitad de la autonomía catalana? Yo sí tengo miedo, tengo que confesarlo, no tanto al terrorismo islamista, que hay que aceptar que forma parte ya de la vida en esta etapa de la historia, y al que hay que combatir con todas las armas del estado de derecho, tengo miedo al silencio de la mayoría, a la cobardía de los que son sensatos y ven las cosas con claridad, a los que se callan ante las tropelías y delirios de sus autoridades. Lo mismo ocurrió hace ochenta años en Europa y lo peor es que la historia tiende a repetirse. Los nacionalismos acaban convirtiéndose en totalitarimos. Del silencio cómplice y cobarde de la mayoría, de eso tengo miedo.