Cuidado entorno de la Catedral

08 ene 2017 / 11:30 H.

El vandalismo en San Ildefonso, las pintadas en la fachada de la Catedral y el alquitrán sobre los adoquines de la calle Bernabé Soriano. Se suceden, en las últimas semanas, demasiados actos propios del incivismo social y político que contribuyen a empañar la imagen por la que la ciudad lucha para ver declarado el templo catedralicio Patrimonio de la Humanidad. El año comenzó con una céntrica plaza repleta de suciedad como consecuencia de un botellón improvisado e incontrolado por las autoridades competentes. Los vecinos se tuvieron que armar de paciencia en la tradicional noche de las uvas y, sobre todo, en una mañana de resaca en la que el Ayuntamiento justificó la ausencia de policías en la necesidad de evitar altercados. Incomprensible situación que dejó atónitos, incluso, a visitantes que eligieron la capital como destino para pasar la Nochevieja. El incivismo se cebó con la misma plaza por culpa de un “incomprendido” por la sociedad. Un mendigo que dormía en San Ildefonso todas las noches la tomó con el lugar que fue su morada después de que los residentes consiguieran desalojarlo del que consideraba que era su sitio. Tiró los maceteros hasta que los agentes de la Policía Local, con la ayuda de anónimos, lo cogió “in fraganti” y saldó su deuda con la multa que contempla la Ley sobre Protección Ciudadana. La indignación llegó en la jornada de la cabalgata. El parcheo de alquitrán sobre el adoquinado de la popularmente conocida como Carrera hizo que representantes políticos y ciudadanos en general pusieran el grito en el cielo. Cierto es que se trata de una medida provisional, pero el Ayuntamiento no tendrá más remedio que coger el toro por los cuernos y arreglar el entorno de la Catedral para que el reconocimiento de la Unesco sea merecido.