El Gobierno irá a Cataluña

14 dic 2018 / 11:52 H.

Mantiene, con buen criterio, el Gobierno la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario en Barcelona a pesar de la presión política de un independentismo que agota fechas históricas para sus reivindicaciones. En la hoja de ruta de Pedro Sánchez no estaba ni por asomo que esta fecha llegara con una escalada de tensión propiciada, obviamente, por quien no está dispuesto al diálogo alguno porque practica la táctica de todo no nada. La distensión enarbolada por el presidente del Gobierno tenía sentido si por la otra parte se actuaba de igual modo. Pero este no es el caso, porque el president de la Generalitat, Quim Torra, lo único que hace es arengar a la masa independentista con el peor argumentario político. La llamada a la vía eslovena es un punto más en su escalada verbal y no menor que el descrédito que dedica a los Mossos cuando estos actúan por el mantenimiento del orden público pero contra sus “cuidados” CDR, esos jóvenes traviesos a los que, según su criterio, hay que tratar mejor, aunque corten carreteras, impidan la circulación de trenes o, puestos el caso, agredan a la policía autonómica. El próximo 21 de diciembre, en función de las órdenes de los radicales, la comunidad catalana amanecerá colapsada para evidenciar la ruptura con todo lo que sea España de un parte de la sociedad catalana, poco importa que el resto de catalanes sean sufridores no silenciosos de la deriva de un presidente y su séquito que no hacen nada por evitar un choque violente. Con la excepción de ERC, que opta por un discurso político, el radicalismo impera en el norte de los independentistas. Así dan alas a un nuevo y efectivo 155.