En el aniversario del AVE

22 abr 2017 / 11:27 H.

En estos días se celebran los primeros veinticinco años de la puesta en marcha del AVE. Un tren que supuso todo un hito en la comunicación ferroviaria en España, al acortar considerablemente la conexión entre las capitales andaluza y española. A la par que la celebración de la Exposición Universal de Sevilla, la Expo’92, implicó un plus de modernidad, de generación de riqueza y de nuevas oportunidades para una tierra, la andaluza, que tradicionalmente había carecido de inversiones de envergadura y relevancia, que se solían encaminar hacia territorios más al norte. Al AVE entre Sevilla y Madrid le siguieron después nuevas líneas, con destinos en ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante, Zaragoza, Huesca, León y Valladolid, por citar solo algunas. España supo situarse en la vanguardia de la alta velocidad.

En la otra cara de la moneda, la que tiene que ver con la provincia de Jaén, pasados veinticinco años, el panorama es bastante distinto en materia de ferrocarriles. Más bien al contrario: la realidad de los últimos tiempos esboza un desmantelamiento progresivo y un buen puñado de promesas incumplidas, que no solo aíslan a la provincia de Jaén desde el punto de vista de una comunicación tan crucial, sino que conllevan que esta tierra permanezca descolgada de las oportunidades de desarrollo que implican poseer unas adecuadas vías de comunicación. Este panorama, a todas luces poco halagüeño, conlleva que las distancias entre unos territorios y otros no solo no se acorten, sino que se amplíen, lo que implica que la convergencia entre unos y otros sea únicamente un imposible que tan solo se materializa en promesas incumplidas. Ante esta situación, Jaén tiene poco que celebrar, veinticinco años después.