Igualdad en el acceso al agua

24 mar 2019 / 11:01 H.

El agua es vital para la vida y, por lo tanto, para el ser humano. Es más letal la deshidratación que la falta de alimento, por lo que es el bien más preciado que existe para las personas. También es de especial relevancia para la agricultura y para toda la actividad antropológica. Para llamar la atención sobre su trascendencia y la importancia de un correcto uso, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo propuso en 1992 la instauración del Día Mundial del Agua cada 22 de marzo. Cada año hay un lema y, en esta edición, con “No dejar a nadie atrás”, reivindica un acceso igualitario en cantidad y calidad al suministro para todo el mundo. Está claro que, después de un invierno especialmente seco, cobra importancia la efeméride. Es más, la escasez de recursos hídricos, añadida a una mala calidad del agua y del saneamiento, amenazan la seguridad alimentaria y la subsistencia de millones de familias pobres en todo el mundo. Conseguir el acceso de todos a un bien tan preciado es uno de los principales retos de la sociedad actual. En España hay ejemplos de empresas que gestionan el agua y que tienen en su política interna un fondo solidario para hacer frente al pago del suministro cuando las familias en situación de vulnerabilidad no puedan asumirlo. Se trata de bonificaciones sociales, facilidades para fragmentar el pago de la factura, para escoger el día de abono o para aplazar el cumplimiento de la deuda sin intereses. Es importante garantizar un derecho que, además, está englobado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas. Tiene que cundir el ejemplo en la provincia, para que nadie se quede sin acceso a un servicio básico.