La encrucijada del Brexit

La derrota parlamentaria histórica por parte de Theresa May en su defensa del acuerdo con la Unión Europea escenifica la profunda división en la que se encuentra Reino Unido. Una división social con respecto a la relación comercial y emocional con Europa y que se traslada de igual forma al seno de los propios partidos. Donde dentro de las propias filas conservadoras hay distintas voces y criterios como quedó reflejado al votar en contra de la primera ministra. El varapalo, en cualquier caso, no se ha visto acompañado con el triunfo de la moción de censura planteada, con lo que May deberá buscar una salida al atolladero que tiene implicaciones comerciales que llegan hasta Jaén y sus exportaciones de aceite de oliva, entre otros productos. Sin un marco estable de negocio peligran relaciones comerciales y también genera cierta ansiedad la situación de los desplazados que viven en la isla. El escenario es tan volátil que cualquier cosa puede ocurrir en las próximas semanas, máxime cuando aumenta la presión social para repetir un referéndum que, al parecer, no llegó a trasladar a la opinión pública británica todas las claves para una votación histórica y que estuvo afectado también por influencias maliciosas que persiguen, claro está, la mayor convulsión política posible en Europa. Una vez que el liderazgo, tanto en el Gobierno como en la oposición, sea fuerte se deberá abrir una nueva negociación para aclarar una oposición conjunta como país que está condicionada, a su vez, por las diferentes sensibilidades de Irlanda del Norte o Escocia. Así las cosas Europa tendrá que mantenerse expectante hasta que se aclare la posición británica, pero sin rebajar ni una libra las condiciones del acuerdo.