Misión pacífica cumplida

21 abr 2018 / 10:18 H.

El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) decidió, el 1 de abril de 2017, ocupar la finca “El Aguardentero”, situada en el “Cerro Libertad”, en las afueras de la capital. Lo hicieron para exigir a las administraciones públicas la expropiación de las tierras que se encuentran abandonadas, como el terreno en cuestión, propiedad del banco BBVA. Durante estos casi rece meses, los “okupas” han rehabilitado el edificio, que estaba prácticamente en ruina, y han puesto en producción muchos de los más de seis mil olivos que hay en la superficie, además de sembrar huertas y criar animales de granja. Sin embargo, no se trata de una acción heroica o ejemplarizante. La legislación vigente impide la ocupación de propiedades privadas, de tal forma que el dueño de la finca se vio obligado a emprender las acciones pertinentes para conseguir despejar la zona. Le costó más de un año de burocracia, pero al final consiguió su propósito y, apoyado en las fuerzas de seguridad del Estado, el viernes se materializó el desalojo. La Guardia Civil llevaba semanas con los preparativos de un dispositivo importante para poder dar cumplimiento a una sentencia judicial de la forma más pacífica posible. Al principio se presumía que iba a ser traumático, porque hay que tener en cuenta que quienes estaban en la finca se hicieron fuertes el 2 de abril, fecha tope para el desalojo; cortaron los accesos con barricadas de grandes piedras y se atrincheraron en el interior de la vivienda. Los agentes dejaron pasar el tiempo para proceder al desahucio con todas las garantías. El final fue feliz, pero pocas armas existen para que los sindicalistas repitan la acción en cualquier otro terreno que esté en las mismas condiciones. Es como poner puertas al campo.