Sánchez y el futuro del PSOE

23 may 2017 / 11:28 H.

Apenas siete meses después de que Pedro Sánchez se viera obligado a dimitir como secretario general del PSOE, regresa aupado por el voto mayoritario de los militantes. La expectación generada en torno a las primarias socialistas se resolvió con una victoria incontestable, con el apoyo de más de la mitad de los sufragios. Son múltiples las conclusiones que se pueden obtener del análisis pormenorizado de lo ocurrido —algunas merecerán una reflexión más sosegada—, pero un esbozo inicial apunta a una clara petición de cambio de rumbo en la línea marcada por el PSOE. La llamada a la ruptura con el pasado, en contraposición con el mensaje de Susana Díaz, ha calado en las filas socialistas. Esa llamada de Sánchez a recuperar terreno por la izquierda ha gustado a la militancia. Esta última ha obviado el posicionamiento claro y firme de los “históricos” a favor de la presidenta andaluza y ha suscrito los postulados de quien regresa a Ferraz por la puerta grande.

Pero la tarea pendiente no es fácil. El partido sale muy tocado internamente, porque han sido meses de una polarización extrema y recomponer lo que se ha roto se antoja una tarea verdaderamente compleja, a pesar de las insistentes llamadas a la unidad como uno de los primeros mensajes del reelegido secretario general socialista. Tampoco hay que olvidar como un elemento clave cómo se redefinirá la posición del PSOE ante el mantenimiento o no del Gobierno del PP, con un grupo parlamentario con mayoría contraria a sus postulados. Igualmente, no hay que perder de vista que ganar unas primarias no supone vencer unas elecciones generales y Sánchez no fue capaz de generar ilusión en el electorado, a pesar de enfrentarse a un PP en sus horas más bajas.