Señales del cambio climático

13 jul 2017 / 11:58 H.

Temperaturas asfixiantes, que incluso rozan los 45 grados centígrados en el Valle del Guadalquivir, son las que se están padeciendo en la provincia durante la primera hora de calor de este verano. Sin embargo, el que la pasada primavera fuera una de las más calurosas desde que se tienen registros y que ya se vivieran valores muy altos el pasado junio hacen que se tenga la sensación de llevar más tiempo inmersos en la estación estival. En esta época del año puede considerarse normal que los termómetros alcancen estos valores, pero cabría preguntarse sobre si los inviernos con temperaturas suaves y las primaveras calurosas que se vienen registrando forman parte de un fenómeno cíclico o si, por el contrario, son la evidencia de las consecuencias del cambio climático. Según apuntan algunos científicos, cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior desde 1850. La observación deja claro que la atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero se han elevado. Sobran evidencias científicas y el panorama planteado en las predicciones para este mismo siglo es verdaderamente preocupante. Todo apunta a la acción del hombre como principal causante de esos cambios, que pueden ser verdaderamente nefastos para el planeta y que, desgraciadamente, suponen un camino de no retorno. Por ello, situaciones como la incomprensible salida de EE UU del Acuerdo de París implican una errónea marcha atrás cuyas consecuencias padecerán las generaciones venideras.