Tras la protesta del 17J

19 jun 2017 / 10:19 H.

La manifestación convocada por la plataforma “Jaén merece más” puede calificarse como un éxito. El que miles de personas —5.000 según la Policía y 7.000 según la organización—, en plena ola de calor y con temperaturas abrasadoras, salieran a la calle para reivindicar un mayor compromiso de todas las administraciones públicas con la ciudad es una clara muestra de la toma de conciencia de la ciudadanía jiennense. Supone un cambio de actitud para pasar del pasivo lamento a la implicación activa; un giro social vertebrado en torno a una petición que se considera justa para una tierra que demanda políticas que la saquen del estancamiento y el olvido. Fueron numerosos los colectivos que, desde diversos ámbitos sociales, se sumaron a la cita bajo un mismo denominador común, algo que no siempre es fácil lograr.

Pero la protesta del pasado sábado ya forma parte del pasado. Sin duda, es de una relevancia significativa, pero la manifestación no puede ser la meta, sino más bien el punto de partida. La clave, ahora, consiste en mantener vivo ese espíritu comprometido y exigente, en saber cómo canalizar lo que los ciudadanos han reivindicado en la calle. En esta nueva fase, sería un error no buscar la implicación de los partidos políticos y sus representantes. Ellos han sido elegidos en las urnas por los mismos ciudadanos que protestaron el sábado y tienen encomendada la labor de representación. Nadie con la intención de sumar en este proceso debería quedar excluido y relegado, ni tampoco buscar chivos expiatorios como si la responsabilidad fuera exclusiva. Solo desde esa perspectiva se podrá construir, sobre la base del consenso ciudadano alcanzado, una hoja de ruta realista que fije prioridades y el modo de materializarlas.