Trenes a un ritmo menor

09 ago 2018 / 08:50 H.

Las obras ferroviarias de la capital hasta las Infantas avanzan con la colocación de las traviesas y el carril para los trenes. Es la primera fase de la anunciada línea de altas prestaciones hasta Madrid que, como tantas otras infraestructuras en la provincia, acumula años de retraso. Su aparición guadianesca en los Presupuestos Generales del Estado ya se sabe que no supone nada más que una declaración de intenciones. Los incumplimientos, en este sentido, con autovías y otras obras de envergadura, son históricas. El objetivo de esta obra es mejorar una vía que se trazó en el siglo XIX y que, a grandes rasgos, no ha tenido evolución alguna. Así se logrará acortar en parte la duración del viaje a Madrid, aunque lo que realmente interesa a los ciudadanos y a los cada vez menos usuarios del tren es la disponibilidad de horarios, la conexión con otros trayectos. En definitiva, que se tenga en cuenta que a Jaén le gustaría tener un tren competitivo para subir a Madrid en un horario lógico tanto para los negocios como para el turismo. Pero la desidia política de estas últimas décadas se alimenta, sin duda, del “pasotismo” ciudadano que ni ha peleado para luchar contra su desmantelamiento, ni tan siquiera se ha sumado con peso específico a la reivindicación de la vecina Granada que sí se ha levantado contra su aislamiento ferroviario y eso que a ella, con el final de las obras, contará con una conexión de AVE. Es evidente que, al margen del Gobierno de turno, Jaén no es una prioridad presupuestaria para nadie y solo desde la reclamación histórica de abandono que sufre esta provincia se podrá empujar a los políticos a cambiar su criterio. Sin presión ciudadana ya se sabe lo que nos depara el destino.