¿Y al final
esperanza?

12 oct 2017 / 10:08 H.

Esta última semana con Barcelona y su política en estado puro e incandescente la hemos vivido cantidad de españoles con el alma alterada, que no nos cabía en el pecho. Yo no recuerdo en mi vida unos momentos tan inquietantes, tan fuertes, y la extrañeza por el rechazo que algunos catalanes sentían por la bandera española y por su país. Me pregunto: ¿qué les habrán contado o manipulado a esta gente para sentir ese repudio y animadversión hacia su propia patria? No entiendo a razonar en los tiempos que corren la preparación que se le presupone como mínimo a cualquier hijo de vecino, y que actúen de ese modo. Me sorprende esa sinrazón de mente... nada bueno se podría esperar de gente tan hastiada como Carles Puigdemont, y soterradamente también del “ínclito” Artur Mas, que por su talante y formas se ha ganado a pulso el choque de un público muy numeroso, algo muy serio y peligroso para un político de élite. Ahora, con el sí pero no de Puigdemont estamos a la espera de este desenlace (¿al final habrá esperanza?).