A la cárcel después de Navidad

El pederasta que abusó de una niña pide entrar en prisión tras las fiestas

23 nov 2017 / 08:59 H.

Es una historia escalofriante. Casi dramática. José M. M., un jubilado de Peal de Becerro, acepta una condena de cuatro años de cárcel por abusar de una niña de tan solo 11 años. Los padres de la chiquilla sabían lo que estaba ocurriendo, pero no hicieron nada por evitarlo. Jamás denunciaron. De hecho, hacían la vista gorda porque recibían “comida y bebida en abundancia” por parte del pederesta. Los progenitores fueron condenados a seis meses de prisión como autores de un delito de provocación sexual. No hizo falta celebrar el juicio. Los tres acusados —el jubilado y los padres— reconocieron los hechos ante el tribunal de la Audiencia Provincial.

A través de su abogado, José M. M. solo hizo una petición muy poco común a los magistrados: quiere comenzar a cumplir su condena después de las Navidades: “Mi cliente se compromete a ingresar voluntariamente el día después de que terminen las fiestas”, aseguró el letrado a la sala en su intervención para ratificar el acuerdo de conformidad alcanzado con el fiscal: “Tendrá usted que solicitarlo por escrito una vez que comience el trámite para la ejecución de la sentencia”, le respondió la presidenta del tribunal, María Esperanza Pérez Espino.

José M. M. agachó la cabeza, se frotó las manos y salió de la sala de vistas con el gesto serio y sin cruzar ni una sola palabra con los otros dos acusados, Antonio C. R. y Margarita R. L., de 56 y 46 años, respectivamente. Los padres no tendrán que ingresar en prisión, ya que el castigo es inferior a los dos años y carecen de antecedentes.

Los hechos se remontan al verano de 2016, cuando José M. M. se trasladó “sin motivo aparente” a la casa de los otros dos acusados, ubicado en una aldea de Úbeda. La sentencia establece que esa mudanza tuvo como único objeto “un ánimo manifiestamente lascivo”, en concreto, abusar de la hija pequeña del matrimonio, que entonces tenía 11 años. Así, José M. M. se llevó a la niña y a una prima durante un fin de semana a su casa de Peal de Becerro, donde las dejó en ropa interior y llegó a realizar tocamientos a la hija del matrimonio que lo había acogido en su vivienda. Además, consiguió que la menor lo acompañase a caminar “para hacer gimnasia”. Era a lo largo de esos paseos cuando la colocaba en diversas posturas para realizarle tocamientos, a los que la pequeña se resistía.

José M. M. también se aprovechaba de que los padres se marchaban temprano al campo para subir a la habitación de la pequeña. Con argucias y engaños, le decía a la niña que la haría su esposa cuando cumpliera los 16 años y aprovechaba para volver a manosearla.

Fue la hija mayor del matrimonio, que vive fuera del hogar familiar, la que dio la voz de alarma. Detectó que estaba pasando algo raro con su hermana pequeña y que sus padres no hacían nada. En febrero, la joven acudió a la Guardia Civil para denunciar los hechos. El Juzgado de Úbeda envió a prisión preventiva a José M. M., de donde salió en agosto. Ayer, reconoció los hechos y asumió que debe volver a la cárcel. Eso sí, pidió al tribunal comerse el turrón en su casa.