Acusados dos jiennenses de contrabando de tabaco

Presuntamente, vendían picadura a través de internet y no pagaban impuestos

16 feb 2019 / 11:25 H.

En marzo de 2016, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria asestaban el mayor golpe al contrabando de tabaco en España hasta esa fecha. Fue la operación “Picado II”. Los agentes decomisaron 88 toneladas de picadura gracias a una investigación que partió de la Comandancia de Jaén tras una denuncia de los estanqueros de la provincia. Una pequeña parte de esa mercancía (unos 1.400 kilos) se encontraba en un domicilio de Pontones que, según la Fiscalía, funcionaba como una fábrica en la que se manufacturaba la hoja para, posteriormente, venderla a través de internet de forma directa a los fumadores. Dos personas, el “empresario” y un empleado, deben sentarse en el banquillo de los acusados para responder por un delito de contrabando. El “patrón” se enfrenta a una petición de condena de tres años de cárcel y al pago de una multa de 708.000 euros, mientras que el Ministerio Público pide para su subordinado 9 meses de prisión y una sanción de 235.680 euros. En concreto, están acusados de defraudar al Estado español más de 86.000 euros en impuestos que gravan la actividad tabacalera en el país.

Según el relato de la Fiscalía, los dos acusados se aprovechaban de un resquicio legal en la normativa para ejercer su actividad. El negocio de la compra y venta de hoja de tabaco no paga impuestos especiales. Lo que los procesados hacían era adquirir este producto, mediante diversos proveedores, para posteriormente ofrecerlo a través de una página web al consumidor de tabaco. No obstante, antes de enviarlo le hacía una manipulación: picaban la hoja en la fábrica de del domicilio. Es aquí donde está el delito, según siempre la Fiscalía, porque se realizaban “labores de tabaco”, que sí están gravadas con las tasas especiales. El Ministerio Público asegura que los dos acusados preparaban la hoja de tabaco ya picada, en paquetes de un kilo. Ese producto es lo que, presuntamente, vendían al consumidor final a través de internet. Después, el comprador solo tenía que someter la hoja a un segundo picado, que la Fiscalía califica de “nimio” para poder liarse los cigarrillos. El escrito de acusación aclara que los procesados ofrecían también en la página web la posibilidad de adquirir el instrumental apropiado para ello, como picadoras y entubadoras. Por ello, ambos están acusados de un delito de contrabando.

Esta causa es una de las piezas que se separó del procedimiento principal de la operación “Picado II”.