Arrobas de ingenio
El “Mesías de Jaén” tiene púlpito libre en 0# Movistar Televisión
Si el filósofo Kant no salió de su pueblo y triunfó en lo suyo, Broncano tiene una mirada universal, pero con notas a pie de página de Jaén, de su Orcera infantil; tierra fértil de chanzas, chascarrillos y otras burradas rurales. No se gana el King Gong Show de Londres, un santuario del humor, un circo romano de “hooligans” entendidos —que te insultan si les aburres— solo con anécdotas del barrio. Él hace gracia hasta en la lengua de Shakespeare. Este cachondo hiperactivo, un bigardo de 1,85 centímetros (su única medida real), que nos llega por teatros, tele y radio no era el típico graciosillo de clase. Su humor se abría en su círculo íntimo de amigos; a ellos reservaba las bromas, sus ocurrencias del bocadillo. A Emilio, Pedro, Luis, Nanel y Chan —sus inseparables colegas de la infancia— seguro que los crujió a imitaciones de La Hora Chanante. Gañanes ilustres como Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, Julián López... Esos eran para él su equipo titular. Desde la Mancha, desde Albacete, humor inteligente con pildorazos de terruño que marcaron el humor patrio. Aquel chaval les seguía pegado a la tele con la devoción del fan, del devoto, y hoy es él un alumno aventajado de la parodia nacional.
Estudió Publicidad para comer de sus ideas, aunque lo alternara con asignaturas de Física por afición, y no es broma. Podríamos decir que es un astrofísico frustrado y nos equivocaríamos porque la cabeza siempre la tiene en otra parte. Espacio y tiempo juegan al ajedrez cantaba don Antonio Vega, y Broncano (David) interpreta esta partitura a su manera. Del contrato de media jornada de una agencia de publicidad pasó al siempre difícil equilibrio de la farándula, merced a un guion mandado con lazo a una productora que le abrió las cortinas de la Paramount Comedy, bendita factoría de cómicos.
Ese fue el toque preciso para que comenzaran a caer las fichas de este dominó curricular. “Estas no son las noticias”, de Cuatro, y luego un no parar. Esa incipiente carrera era un hecho, los padres ya los tenía convencidos porque no le pusieron “ni media pega”. Ayuda, sin duda, tener una familia librepensadora que “enseña” desde chico a abrazar gorrinos... A la abuela costó más convencerla de que hay licenciaturas sin título. Hoy juega en la “Champions League” de la mano de un consumado especialista del humor con argumento, Andreu Buenafuente. La maquinaria perfecta de “Late Motiv” es un engranaje medido, un espectáculo en sí mismo dispuesto a fabricar carcajadas. Profesionales del humor. Para mí una cosa muy seria. Doctores Honoris Causa por la Universidad de la Risa.