Baezanos se preparan para escuchar su Miserere

Voces que llegan al alma y traspasan el recuerdo. La Orquesta Sinfónica de Baeza y Coral Baezana ofrece, a las ocho y media de la tarde, el tradicional Miserere de Eslava en la Santa Iglesia Catedral, bajo la batuta de Martín Morales Lozano, en un encuentro que es parte esencial del Martes Santo. Más de un centenar de aficionados y amantes de la música, acompañados por músicos profesionales, alzan sus voces para dar vida a la adaptación musical del Salmo 50, compuesto expresamente para el templo mayor de la ciudad en el siglo XIX.

“Sí, Baeza es música”, declaró recientemente a Diario JAÉN Martín Morales, que lleva más de veinticinco años frente a la agrupación y que continúa con el legado de su padre para unir a los ciudadanos en una sola voz. En la pasada Gala Jaén Única se otorgó un premio como reconocimiento a la función de hermanamiento que logra los sones del Miserere entre los baezanos. “No creo que no haya ni una familia que no haya cantado en esta pieza musical”, aseguró la alcaldesa, Lola Marín, en referencia a un encuentro anual que atrae a numerosos turistas y visitantes a la ciudad Patrimonio de la Humanidad.

El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez, confirmó su asistencia a la Catedral y acompañará a los devotos y amantes de la música durante uno de los instantes más significativos de la Semana Santa de la ciudad. La expectación es máxima y las emociones están a flor de piel, a la espera de sentir las primeras notas que elevan el espíritu y retumba en las paredes del templo. Los doce versículos sagrados se convierten en puro sobrecogimiento, una oportunidad única de sentir estos días desde otro ámbito cultural que llega tan profundo como las cornetas y tambores que inundan las calles de la ciudad. El incienso y la musicalidad da la bienvenida, con la interpretación de los baezanos, a más de un millar de visitantes que, se espera, se queden en el municipio

El director de la orquesta, Martín Morales, hijo del maestro Gerónimo Morales, tomó el relevo de su padre y continuó con la labor de recuperación del clásico Miserere, que trajeron de vuelta a la Semana Santa baezana. A partir de 1971 se retomó la tradición, de manos de Morales padre, aunque durante unos años también se celebró en la Antigua Universidad, no fue hasta ese año que recuperó su máximo esplendor y atrajo de nuevo la atención de todo devoto amante de la música sacra más pasional.