Cierre temporal de un taller por contaminación acústica

Una familia de Frailes presenta reiteradas quejas y denuncias

20 mar 2017 / 11:58 H.

El Ayuntamiento de Frailes confirma el cierre temporal de un taller mecánico de la calle Cuesta, al sobrepasar los niveles acústicos. La decisión municipal deriva de las reiteradas quejas y denuncias presentadas por los vecinos de la casa contigua, donde residen el matrimonio formado por Cándido Arenas y María del Carmen Carmona y sus hijas de diecisiete y once años.

Arenas asevera que llevan “diez meses de calvario” y que las molestias pueden constatarse en numerosas grabaciones. Destaca que los sonidos elevados proceden de un compresor, otra maquinaria, martillazos y acelerones de vehículos. “Es un problemón”, afirma el frailero, quien destaca las consecuencias para él y su familia, como problemas para conciliar el sueño e irritabilidad. De hecho afirma que su hija mayor tuvo que dormir en otro lugar de la casa, ante el volumen del incómodo sonido. También critica los malos olores por disolventes, pinturas y excrementos caninos, aunque admite que la situación sí se ha corregido.

“No tengo nada en contra de él ni me importa que trabaje, lo único que queremos es una vida normal”, dice. En este sentido resalta la cantidad de horas de faena del empresario en un local sin insonorizar. Por ello, insta a las autoridades a que obliguen a adoptar las medidas necesarias. Añade que un perito contratado por él corroboró que el nivel acústico superaba en hasta quince decibelios lo permitido por la legislación. En cuanto al Ayuntamiento, considera que ha tardado demasiado en gestionar el asunto. Al empresario lo acusa de “obrar de mala fe” y en insistir en los golpes y el uso de sustancias químicas de penetrante olor, a raíz de sus quejas.

La versión del responsable del taller, Ángel Esteo, es diametralmente opuesta. Reconoce el cierre, pero indica que se han atendido las medidas solicitadas por el Ayuntamiento y el Seprona, de modo que, si las mediciones previstas para hoy son satisfactorias, podría reanudar la actividad esta misma semana. “Son problemas inventados a raíz de una obsesión de esta persona. Lo que quiere es que cierre”, asevera. En cuanto al exceso de ruido, acepta que se superan los umbrales, pero de modo mucho más leve de lo que sostiene Cándido Arenas. En su opinión, el conflicto empezó cuando su vecino entró a trabajar como vigilante de seguridad por las noches. Recalca que ninguno de los otros residentes en el entorno se ha quejado. Asegura que Arenas llegó a amenazarlo, episodio por el que presentó una denuncia, y que ha tenido roces con responsables municipales a los que culpa de no obrar bien.

El alcalde de Frailes, José Manuel Garrido, sostiene que el expediente sobre el decreto de cierre está a disposición de quien quiera consultarlo. “Creo que hemos tomado las medidas que tenían que tomarse en todo momento. A mi juicio, y al del Seprona, nuestra actuación ha sido ejemplar”, concluye el edil.