El colorido de las cruces

La ciudad despide con éxito la tradicional festividad de primavera

03 may 2016 / 13:49 H.

Linares cerró, con sumo éxito, una nueva edición de la tradicional y popular Fiesta de las Cruces de Mayo. Una cita de carácter puramente primaveral, a la que la meteorología acompañó durante el pasado puente, para marcar un buen inicio del “mes de las flores”. Y es que numerosos vecinos y visitantes disfrutaron de un gran ambiente por las diferentes zonas urbanas en las que se instalaron los coloridos y representativos altares. En total, fueron unas veinte cruces la que participaron en el concurso local, organizado por la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento, con la colaboración de la Agrupación de Hermandades y Cofradías y la Federación de Asociaciones de Vecinos Himilce.

Diferentes colectivos sociales y cofrades, asociaciones y ciudadanos particulares se sumaron, como es habitual, a este acontecimiento, que supone un importante atractivo festivo e incluso turístico más para la ciudad. “Hemos tenido, por delante, un fin de semana largo que ha servido para que la gente pueda disfrutar de su ciudad y de sus calles, plazas y rincones. Buena parte del casco antiguo tuvo la mayoría de las cruces, aunque también se instalaron en otras zonas más céntricas o periféricas. Se trata de una fiesta que, además, sirve de revulsivo y como aliciente económico para las cofradías y los colectivos participantes, pues destacan el trabajo y la gran ilusión con las que se preparan”, señaló la concejal de Cultura, Festejos y Educación, Macarena García.

Bajo un contexto normalizado en cuanto a seguridad se refiere, ya que apenas se registraron incidencias, transcurrió la celebración de la fiesta de las cruces, que arrancó el pasado viernes, a partir de las ocho de la tarde, y culminó a media tarde de ayer. Tal y como recogían las bases del concurso local, los altares instalados se sometieron a la valoración y deliberación de un jurado —compuesto por integrantes de la comisión municipal de Festejos, así como por representantes del ámbito cofrade, de las artes gráficas y de los medios de comunicación locales— que se encargó de calificar las cruces y determinar cuáles serían las ganadoras de esta edición.

Así, por segundo año consecutivo, el primer premio fue para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura, cuya cruz contó con numerosos detalles y referencias “marianas”, estando dedicada a la congregación religiosa de las Hermanas de la Cruz, la cual mantiene una estrecha vinculación con esta cofradía linarense. Por su parte, el segundo premio fue para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de los Dolores, que instaló una cruz llena de elementos mineros. Y en tercera posición quedó la cruz de la Travesía de la Encina, colectivo que también ganó el segundo galardón en la modalidad de “Cruz Infantil”. En este sentido, “El Rescate” fue la vencedora y la de la Hermandad de la Santa Cena y Nuestra Señora de la Paz recibió un merecido tercer premio.

Si por algo se caracterizan las Cruces de Mayo linarenses, además de por la belleza y el colorido que desprenden las mismas, es por la suculenta gastronomía. Como es costumbre, la inmensa mayoría de los altares estuvieron acompañados por una barra de bar donde se sirvieron exquisitas tapas y raciones a precios asequibles. Pero esta fiesta también contó con un valor añadido, los “pasitos” infantiles de mayo, es decir, las procesiones que protagonizaron los más pequeños de las hermandades y cofradías locales. Actividades fomentadas desde los grupos jóvenes cuyo principal fin es crear auténtica “cantera” cofrade y hacer que los niños ejerzan el rol de costaleros.