El delegado de Empleo dimite tras un año y medio de luces y sombras

Antonio de la Torre deja la política “por motivos estrictamente personales”

03 mar 2017 / 11:49 H.

Solo año y medio después de que fuera nombrado delegado territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, Antonio de la Torre Olid (Martos, 1968) sorprendió a propios y a extraños presentando su dimisión “por motivos estrictamente personales y muy íntimos y en ningún caso —aclaraba en un breve comunicado y no quiso hacer más declaraciones— relacionados con cuestiones laborales”. Periodista de profesión, De la Torre es doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Aunque, a mediados de agosto de 2015, se estrenó como político, al ser nombrado titular de una de las delegaciones de más peso de la Junta y, sin lugar a dudas, estratégica en provincia castigada por el paro, el marteño conocía sobradamente las entrañas de la Administración pública, fundamentalmente, en sus escalas provincial y autonómica. Se lo debía a una trayectoria que, desde hacía más de dos décadas, estaba ligada al Partido Socialista, del que, además, fue responsable de Comunicación.

Escudero fiel del actual presidente de la Diputación y secretario general del partido en la provincia, Francisco Reyes, desde el año 2011 De la Torre era director del área de Presidencia de la Administración provincial, un cargo que dejó, precisamente, en agosto de 2015, para asumir la cartera de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Previamente, había trabajado como asesor técnico de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social (2010-2011) y de la Diputación (2008-2010) y, entre 1996 y 2008, había ocupado el cargo de jefe del Servicio de Coordinación de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén. Además, entre 2006 y 2010 fue miembro del Consejo Asesor de RTVE.

Visiblemente ilusionado por su nombramiento como delegado, en una entrevista concedida entonces a este periódico, De la Torre remarcó que sus principales obsesiones serían la lucha contra las elevadas tasas de paro que fustigan a la provincia y la diversificación de la economía, apostando por el turismo, por las energías renovables, a pesar del Gobierno central, y por los centros tecnológicos. Aunque apenas ha estado año y medio en el cargo, De la Torre vivió en primera persona y como agente activo de la reapertura de “La Laguna”, de Baeza, después de un prolongado cierre que no dejó de generar conflictos. La reactivación de la Escuela de Hostelería fue uno de los momentos más esperanzadores que ha vivido la provincia en los últimos tiempos y bien puede saber a miel en un año y medio en el que los últimos meses fueron un tormento judicial. El 19 de septiembre pasado, en el marco de una operación que recibió el nombre de “Paraíso”, la Policía Nacional detuvo a De la Torre y a tres empresarios por un supuesto caso de fraude en la contratación de publicidad en la Diputación cuando él trabajaba como técnico. Reyes denunció el “linchamiento” al que había sido sometido. Tres meses después, el Juzgado de Instrucción número 4 de Jaén ordenó el sobreseimiento y archivo de la causa, que, sin embargo, fue recurrida por el PP ante la Audiencia Provincial. No obstante, todo apunta a que no tendrá mayor recorrido. Precisamente por eso, cuando la palabra causa empieza a perder la fundamentación que le da significado, sorprende tanto la dimisión de De la Torre. Máxime en un país que no está acostumbrado a políticos que lo hagan.

Silencio absoluto en su entorno profesional

Sorpresa. Esta es la palabra que se repetía ayer en el entorno profesional más próximo a Antonio de la Torre. Su dimisión fue inesperada. Un jarro de agua fría. Al menos, entre los delegados territoriales de la Junta de Andalucía, que, respetando la decisión de su compañero, prefirieron optar por el silencio. Lo único que ha trascendido —dicho por él mismo— es que se retira de la primera línea de la política por motivos “estrictamente personales y muy íntimos”. “En ningún caso, relacionados con cuestiones laborales”. Su renuncia también causó sorpresa entre colectivos que han tenido vinculación con el ya exdelegado por cuestiones que tienen que ver con alguna de las áreas en las que ha trabajado en el último año y medio. Nadie imaginaba una dimisión y, justamente, se produjo en la víspera de la visita del consejero de Empleo, Empresa y Comercio. José Sánchez Maldonado asiste, hoy, en Martos, a una reunión con empresarios del sector del plástico.

“Lo peor de la política lo intentó hacer polvo”

La renuncia de Antonio de la Torre fue respondida en la red social Facebook con un cálido mensaje del secretario local del PSOE, Manuel Fernández Palomino. En su muro, escribió: “Un día difícil en el que a uno le vienen muchas cosas a la cabeza. Muchas. La dimisión, por motivos estrictamente personales e íntimos de mi amigo Antonio de la Torre, nos deja sin un buen político, recto, con obsesión por mejorar la vida de la gente, honesto, al que lo peor de la política y de las cañerías de esta vida no dudaron en intentar hacer polvo”. Se despidió deseándole “todo lo mejor”: “Te lo mereces, amigo”.

Las palabras de Fernández Palomino fueron secundadas por una veintena de personas, amigas y conocidas de De la Torre, que coincidieron en destacar la calidad como persona del exdelegado de Economía, “trabajador incansable, honesto, cercano y todo un ejemplo a seguir en lo personal y lo profesional”, añadió Meritxell Justicia Segovia en otro comentario.