El emprendimiento local se va hasta Sevilla para enriquecerse

La Escuela de Economía Social trabaja en el desarrollo de las ideas de negocio

08 jul 2018 / 16:12 H.

Viaje relámpago a Sevilla para complementar la formación de los 23 emprendedores de la ciudad. La visita a Osuna se enmarca en el proyecto que desarrolla la Escuela de Economía, un itinerario intensivo e integral de tutorización y apoyo al emprendimiento para poner en marcha todas las ideas de negocio que tienen los futuros empresarios.

La sede central de la Escuela de Economía Social fue el escenario que acogió dos intensas jornadas en las que la formación fue protagonista.

El programa está dentro de la línea del proyecto que se dirige, en exclusiva, tanto al impulso como a la creación de empresas que se basen en este tipo de economía, que da un valor mayor al capital humano, en detrimento del financiero. Algo que, según los preceptos, ofrece una mayor productividad a largo plazo.

Los emprendedores asistieron a tres sesiones previas que se basaron en el trabajo sobre la ruta humana de todos los proyectos, el análisis macro, micro y del sector, así como la misión, los valores y la estrategia, o el estudio minucioso de todos y cada uno de los potenciales clientes y herramientas eficaces para poder determinarlos. Estos conocimientos sirvieron a los emprendedores como base, que complementaron con el aprendizaje adquirido en Sevilla. “Durante la sesión conocieron, en este sentido, otras experiencias de cooperativas de los sectores en los que les gustaría emprender”, detalló la directora de la Escuela de Economía Social en Linares, Ana Verona Nepo, al mismo tiempo que valoró el “gran avance” que experimentan todos los proyectos después de tres sesiones.

“Están avanzando en el trabajo de búsqueda, diseño y validación de sus posibles modelos de negocio de forma más continuada a través de sesiones de trabajo periódicas con la supervisión del equipo”, señaló la responsable, acerca de un grupo de emprendedores del que se siente “muy orgullosa”, pues se trata de una serie de proyectos que tienen como objetivo cambiar el modelo social y económico de la ciudad de Linares.

El programa de tutorización se complementa, también, con todo un paquete de recursos, entre ellos están la plataforma de interacción, que se creó para que los emprendedores realizaran trabajos colaborativos a través de internet, y cuya finalidad fue el desarrollo de un proyecto de acompañamiento continuado. Algo, tal y como subraya Verona, que es muy importante. “El seguimiento entre sesión y sesión es esencial en el proceso para facilitar, entre otras cosas, la maduración de las ideas de negocio”, apuntó la directora de la Escuela de Economía Social, acerca de unas ideas que, en esta línea, se trabajan en estrecha vinculación con aspectos tales como la gestión de la cultura o el cuidado de personas en situación de dependencia, así como el bienestar personal, emocional y físico de las mismas. Así lo explicó Verona, a la vez que destacó que el programa “Linares emprende desde la Economía Social” fue solicitado por un total de 19 iniciativas, de las que 8 están participando de forma activa en todo el recorrido de apoyo. En definitiva, se trata de un trabajo que, más pronto que tarde, dará sus esperados frutos y llenará la ciudad de emprendimiento social.

Un equipo de trabajo de perfil “excepcional”

La sinergia es muy importante para el trabajo que desarrolla en la ciudad la Escuela de Economía Social. En esta línea, no se trata de la primera vez que Ana Verona, su directora, pone de relieve la participación de profesionales y voluntarios. A fin de cuentas, unas personas “comprometidas” con el desarrollo de Linares. Así, y junto a representantes de las distintas administraciones públicas y del tejido asociativo local, conforman un equipo de trabajo que sirve, a su vez, como caldo de cultivo de las ideas de negocio que tienen en mente los emprendedores, ya que la presencia de este equipo, un tanto “excepcional”, dota a estos proyectos de la experiencia que necesitan para su desarrollo en todos y cada uno de los sectores de la actividad económica a los que se dirigen. “Esto hace que se realice un trabajo fructífero y, por supuesto, realista”, dice Verona, a la vez que hace hincapié en estas labores, que no persiguen otra cosa que encontrar respuestas a todos los interrogantes, pero junto a los ciudadanos. “Esto también es una hazaña muy motivadora”, puntualiza la responsable de la Escuela de Economía Social.

La conjunción entre lo social y lo empresarial

Las empresas daban antaño, por lo general, un mayor valor al capital financiero que al humano. La economía social, sin embargo, defiende un concepto totalmente diferente. En este sentido, tal y como señala la teoría, considera que las empresas que den un valor mayor a sus trabajadores que a los propios beneficios de su actividad, son más productivas a largo plazo. Así, entran en juego variables que antes no se tenía en cuenta, como por ejemplo, el estado de ánimo de los empleados. Algo que, sin duda, aumenta a la larga tanto el rendimiento como la capacidad de trabajo, por lo que la empresa, además de cuidar a su plantilla, notará este cambio de mentalidad en sus beneficios. En esta línea, las empresas que se basan en la economía social se comprometen, además, con diferentes elementos que vertebran una sociedad. Así, como ejemplo, son compañías que apuestan por el bienestar físico, personal y emocional de personas en situación de dependencia o, por otro lado, por la gestión de la cultura de una ciudad. Así, todo esto entra en la responsabilidad social de cada empresa, a la que destinan parte de las ganancias.