El espectáculo de los últimos trashumantes de Las Villas

Animales, propiedad de Pablo Espinar, atraviesan Mogón y otras poblaciones

25 nov 2018 / 16:21 H.

La sierra de La Villas vive uno de los espectáculos más singulares, una actividad humana que se remonta a tiempos inmemoriales. Se trata del paso de los rebaños trashumantes. Este año un pastor y sus animales se fueron después de haber pasado un tranquilo y plácido verano con abundancia de pastos gracias a las generosas lluvias de la primavera, el ganadero Pablo Espinar, el último en realizar el trayecto por estos montes, comenzó el camino inverso, consistente en el traslado hacia Sierra Morena en busca de hierba fresca y un invierno con temperaturas mucho mas suaves que las que suelen registrarse en la parte más oriental del territorio jiennense.

En su larga ruta, el rebaño de ovejas y, en menor medida, de vacuno, atraviesa Mogón y Villacarrillo hacia la zona de El Condado, en un paseo que ofrece estampas únicas, entre las que sobresalen el paso por los núcleos. Estos trayectos cada vez son más dificultosos debido, como dice el empresario, “a las apropiaciones indebidas” de suelo de la cañada real y las nuevas barreras arquitectónicas. Esto hace que el histórico camino se estreche año tras año.

El ovejero no va solo, ya que lo acompaña una parte de su familia, que colabora con las muchas tareas de logística que son precisas en una travesía que siempre resulta ser larga y muy dura, y mas este otoño, en el que las frecuentes precipitaciones complican aún más el itinerario. Como consecuencia de la lluvia, a los animales la lana se les llena de agua y caminan con más dificultad. La parte positiva radica en que la disponibilidad de humedad hace augurar pastos muy abundantes.