“Expansión Norte” conciencia sobre los orines de los perros

La iniciativa “Mi fachada no es un pipican” sale de la provincia

06 nov 2017 / 08:53 H.

Mi fachada no es un pipican”, es la declaración de principios de cada vez más negocios de la zona del Bulevar. A comienzos de octubre desde la asociación vecinal Expansión Norte se inició una campaña que, actualmente, tiene varios afiliados. La demanda de pegatinas con el lema se ha disparado hasta salir de la capital, de hecho los municipios de Martos y los Villares también cuentan con sus negocios adheridos a la campaña, incluso ha traspasado la provincia hasta Ronda (Málaga) y Agra (Almería). Son más de 80 las pegatinas impresas y repartidas y, según la asociación, “sigue subiendo”.

Maribel López Sánchez, miembro de la directiva y responsable de las redes sociales de “Expansión Norte”, relata que la idea surgió tras la petición de ciertos establecimientos de la zona que, a la hora de abrir sus puertas, se encontraban con una “sorpresa” en la entrada. “Queremos llamar la atención sobre los orines de los perros, porque la gente está bastante concienciada respecto a los excrementos y los recoge, pero no terminan de comprender que no es lo único que ensucia las calles”, cuenta. López habla de que, aunque a primera vista no sea tan “cantoso”, los orines también son un problema de higiene importante en el barrio.

Por eso dieron el paso desde la asociación vecinal. Copycrea, una de las empresas afectadas, se implicó directamente para fabricar y repartir las primeras pegatinas de forma gratuita entre los comercios y se pusieran en sus fachadas, las zonas más afectadas por la micción animal.

“Se trata de una campaña blanca que no busca confrontación, sino concienciar a los vecinos y evitar que se propague este tipo de problemática”, insiste López, y añade: “También es una forma de llamar al civismo, a que cada uno se haga responsable de los desechos de su propia mascota”. Desde la asociación afirman que la mayoría de los dueños “actúa correctamente”, pero que existe una minoría que “no lo hace o está despistada”. “No es una impresión agradable para los clientes ni los viandantes, que se encuentran con esos ‘grafitis’ molestos en las paredes de los edificios”, recuerdan.

“Aunque los orines no dejan color, sí olor, y dan un aspecto un poco deplorable a los portales, las farolas y el mobiliario urbano. Creemos que el problema de los excrementos en la vía se ha mitigado en parte, mientras que este sigue igual”, asegura Maribel López, y sugiere métodos para solucionarlo, como llevar encima una botella con agua y lejía, igual que se carga con las bolsas para los excrementos, o guiar al animal hacia una zona con tierra. “Entendemos que el perro tiene que hacer sus necesidades, pero que se limpie”.

Existe un pipican en el parque del Bulevar, “pero está apartado y es comprensible que el perro no aguante hasta llegar ahí”. Por ello, la iniciativa está ligada con la solicitud de la asociación de un parque canino. Han hecho varias reclamaciones desde 2015, sin respuesta y ahora, con el éxito de la campaña, han vuelto a insistir al Ayuntamiento. “Estamos a la espera de una respuesta, pero sabemos que por falta de sitio no será, pues hay lugares que están en desuso, así que con poca inversión se podría sacar adelante el proyecto”, aseguran.

descontento. Algún vecino arrancaron algunas pegatinas, incluso dejaron un “regalito” sobre ellas. “Puede que alguien se haya dado por aludido o que se sienta perseguido y responda de esta forma, pero de momento ha sido algo puntual y no ha ido a más”, dice Maribel López.

“Se pide una educación, que si no lo hace en su casa, tampoco en la calle”

El comercio de Ponmeguapo es uno de los últimos que se ha adherido a la iniciativa organizada por la Asociación de Vecinos Expansión Norte. Cristina Carrasco Soler es la propietaria de esta peluquería y guardería canina, ubicada a media altura del Paseo de España. “Todos mis clientes tienen mascotas y de esta forma queríamos concienciar sobre la necesidad de limpiar las calles de sus orines”, detalla Carrasco. Se animó a poner la pegatina en la fachada, junto a la puerta, tras ver en redes sociales cómo crecía la campaña, cuenta que se informó porque, precisamente, su zona es una de las más afectadas por este problema de salubridad. “Nos dedicamos al mundo de los animales y nos gusta verles bien, pero no por ello tienen que sufrir las calles”. Según Carrasco, ella misma que también tiene un perro, suele llevar una botella con agua y lejía para echarla donde se ha orinado, si no llega a tiempo al césped. “Es una cuestión de educación cívica, estas pegatinas no son una amenaza ni están en contra de los animales, simplemente recuerdan a la gente que si no lo hace en sus casas, tampoco lo haga en la calle, donde vivimos todos”, afirma, y añade: “Parece que es normal que puedan hacer pipí en cualquier lado, y no es así”.