“Infierno” en un almacén oriental

Desalojo de dos comunidades por un incendio en la Avenida de Andalucía

01 mar 2018 / 09:13 H.

Un suceso que pudo tener muchas peores consecuencias. El espectacular incendio declarado, en torno a las ocho menos cinco de la tarde, en un almacén chino situado en la Avenida de Andalucía obligó a desalojar a los residentes en los bloques número 11 y 13, situados justo encima del local. Sin embargo, no hubo que lamentar daños personales. A las diez y media de la noche no se tenía constancia de que ningún vecino recibiera atención. Los habitantes de los bloques —doce viviendas habitadas todas, menos dos— salieron a la calle prácticamente con lo puesto. El hecho de que cuando empezó el fuego no lloviera facilitó la evacuación del edificio. En cuestión de minutos acudieron la Policía Local, la Guardia Civil y varios vehículos del Parque de Bomberos. Los agentes tuvieron que usar máscaras ante la cantidad y la toxicidad del humo.

El fuego empezó por causas que se investigan —no está claro todavía si fue por un cortocircuito o por otro motivo— en un amplio bazar. La presencia de prendas de vestir y de objetos de plástico y cartón favoreció que las llamas se extendieran con rapidez. De hecho, la humareda, muy espesa, oscura y tóxica envolvió los alrededor y llegó a extenderse hasta otras vías urbanas próximas, como Abén Zayde, circunstancia favorecida por los vientos de componente sur. Todo apunta a que la presencia de espráis y otros elementos inflamables fueron el origen de las repetidas explosiones que se escucharon a lo largo de la noche. La magnitud del incendio hizo que la Policía Local tuviera que cortar el tráfico en un tramo de la Avenida de Andalucía —una de las principales arterias de la ciudad— y desviarlo por las calles Figueras y Torre del Farol. A pesar de las intensas precipitaciones que cayeron durante la noche, numerosos curiosos se unieron a los desalojados para contemplar la evolución de las tareas de extinción. Hasta el lugar también acudieron los propietarios del negocio asiático, que precisaron a Diario JAÉN que desconocían la causa del fuego.

El establecimiento comercial se convirtió, literalmente, en un horno, con muy elevadas temperaturas que hicieron que las llamas se propagaran durante horas, a pesar del esfuerzo de los Bomberos. Los daños materiales son muy cuantiosas, ya que tanto las paredes como los techos reventaron. Pasado el incendio, a partir de hoy hay que comprobar sobre el terreno si se han visto afectadas las viviendas, más allá del lógico ennegrecimiento causado por el humo. Al cierre de esta edición continuaban en el lugar tanto los componentes de las Fuerzas de Seguridad como vecinos y curiosos. Se estableció un perímetro precintado para evitar que las continuas detonaciones, que en ocasiones arrojaban materiales hacia el exterior alcanzaran a alguna persona. Quienes contemplaban la escena valoraron la abnegación de los agentes desplazados, en particulares de los de extinción de incendios.

En el momento en el que se declararon las llamas el establecimiento comercial se encontraba cerrado, como confirmaron los propietarios. Por el momento no se conocen el importe aproximado de las pérdidas ocasionadas por el percance, a las que habrá que sumar el cierre por el tiempo que duren las complejas tareas de limpieza de los restos y de reparación de los desperfectos. El panorama dejado por el fuego es desolador, con múltiples artículos y enseres depositados sobre la acera —algunos totalmente abrasados—. El edificio es cuestión es relativamente moderno —de la época del auge inmobiliario—, por lo que la aplicación de la normativa de seguridad en la edificación reducirá las consecuencias en los pisos que podría haber tenido en caso de tratarse de una construcción más antigua. La sensación general en la ciudadanía es de sorpresa y desolación, aunque también de alivio al comprobarse que uno de los mayores incendios de los últimos años se saldó sin heridos.