“Jaén unida jamás será vencida”

Todos los sectores y movimientos de la ciudad se hicieron presentes en la manifestación, un “chute de jaenerismo” con las banderas moradas en alto

18 dic 2017 / 10:47 H.

No hubo quenas, zampoñas ni charangos, acaso unos bombos, silbatos y palmas para animar a la multitud de manifestantes que tomaron las calles jiennenses para clamar por su tierra, pero por unos momentos Quilapayún pareció salir de entre los miles de personas presentes en la movilización para levantar su grito de paz, revolucionario, hermoso y, ayer, “jaenizado” como nunca: “Jaén unida jamás será vencida”, gritaban.

Todas las fuerzas vivas de la ciudad acudieron a la llamada de la plataforma Jaén merece más, cuyas demandas hicieron temblar los cimientos del silencio. Allí estuvieron el mundo empresarial, con significativos representantes que si se hicieron presentes como cualquier otro ciudadano, destacaron también como emprendedores entre la masa, a fuerza de dedicación a su sector. Entre ellos, Ramón Calatayud, Juan Manuel Camacho, Trino Martínez o Juan Afán, que además protagonizó una aplaudida arenga al final de la manifestación, en la antigua Plaza de las Palmeras, ante Hacienda.

El universo deportivo tuvo también sus particulares “embajadores”, entre los que destacó Higinio Vilches, uno más entre los millares de jiennenses que dedicaron la mañana dominical a ponerle voz a su patria chica.

Uno de los “sectores” más presentes en la manifestación fue el cofrade; tanto es así que hubo “estandartes” de la gran mayoría de cofradías de la capital, como en la más solemne de las procesiones; expregoneros de la Semana Santa como Francisco Sierra, Juan José Romero-Ávila o Gregorio Rodríguez; exhermanos mayores entre los que se pudo ver a Rafael Mariscal, de El Perdón, y José Luis López Pegalajar, de La Clemencia, además del hermano mayor de la emblemática hermandad de El Abuelo, Ricardo Cobo. Gente de la cultura —Antonio Marchal y Jesús Torres, entre muchos otros—, de la música, con la cantaora Carmen Gersol; el teatro —Miguel Ángel Karames fue uno de los más activos “speakers”, altavoz en mano; la opinión —Nicolás Ortiz, cargado de consignas reivindicativas sobre sus navideñas vestiduras—, Manuel Pérez Perálvarez, Lola Ginel...

Por estar estuvieron, incluso, muchos bebés, que tuvieron su primera experiencia como manifestantes —un tanto pasivos, eso sí—, y mascotas, que hubo a mansalva, en brazos de sus dueños o a ras de calle, acaso en plena reivindicación, también, de espacios públicos para ellos.

Sorprendió que, con tanta gente, al menos durante gran parte de la movilización brillase la contención verbal y sonora como protagonista. Sí, el bombo, los silbatos, las palmas y los cánticos tuvieron sus momentos, algunos de ellos muy intensos, sobre todo cuando la comitiva atravesó el ecuador de la manifestación —la Plaza de la Concordia—, una suerte de “tribuna oficial” donde el “pelotón” se estiró e hizo ruido, mucho ruido. Eso sí, cuando se dijo de arengar, de cantar, el repertorio de lemas fue antológico: “No nos mires, únete”, dirigido al “público” que acompañó todo el trayecto por las aceras del Paseo de la Estación; “¡Que bote Jaén”, y Jaén, al menos el que protestaba, botó; “Queremos trabajo”, “Susana, Rajoy, queremos subvenciones” y hasta una colección de villancicos de los más revolucionarios, clásicos de la Navidad con letras adaptadas a las circunstancias: “Si tú vienes por Jaén y vas por la carretera no te guíes por las señales, o te pasas o no llegas”.

Hizo frío, que los vendedores de agua de los puestos instalados en el itinerario maldijeron, y a eso de la una y diez la manifestación alcanzó su punto de destino. ¡Qué emocionante interpretación del “Himno de Jaén”, promovido por “Lola Torres” y coreado por la inmensa mayoría! Un “chute de jaenerismo en toda regla, banderas moradas en alto, y una inolvidable cita con la dignidad.