La “gran mentira” de la caída del precio del aceite

El mercado está parado y los registros de cotización se guían por unas operaciones que casi no son representativas

22 may 2018 / 08:13 H.

El mercado del aceite de oliva vive una “gran mentira” que está destrozando el precio de un producto que es clave para la economía de más de cien mil familias jiennenses. En los últimos días, el zumo de aceituna ha perdido casi 40 céntimos por kilo. En cambio, para organizaciones agrarias, almazareros, cooperativistas y hasta la propia Junta de Andalucía —tal y como expresó el consejero Rodrigo Sánchez Haro durante la pasada semana en Jaén— no existen motivos objetivos que justifiquen que el zumo de la aceituna siga subido en un “tobogán” que encamina a los productores a unos márgenes muy estrechos o, incluso, a comprometer la rentabilidad de las explotaciones después de años de relativa tranquilidad.

El Observatorio de Precios de la Fundación del Olivar (Poolred) indica que el virgen extra se pagó ayer a 2,69 euros por kilo; mientras que el virgen cotizaba a 2,26. Además, los lampantes llevan un camino bastante peligroso, ya que salen de las fábricas por 2,15. Hace tres meses, todos estaban muy por encima de los 3 euros.

Los operadores del mercado hablan, aunque optan por guardar el anonimato —para no destacar y no perjudicar a sus empresas frente a sus clientes—. En cambio, muchos tienen claro que la bajada de precios es una “gran mentira” que puede hacer mucho daño a la economía jiennense. Solo hay que mirar el propio Poolred para ver con claridad que casi no hay oferta ni demanda de aceite de oliva o, lo que es lo mismo, en el mercado está completamente parado. Los operadores no vienen a comprar, simplemente, porque ven que cada semana el aceite de oliva vale menos en Jaén. “¿Cómo te vas a comprar unos zapatos en una tienda en la que ves que los rebajan todos los días?. Lo normal es que te esperes hasta que el precio deje de bajar o que comience a subir. Si no, es que eres tonto”, dice un comprador de aceite de oliva. Además, continúa: “¿Cómo le digo a mi jefe que compro tres cisternas de aceite ya si él ve que cada día valen menos?. Me dice que no compramos hasta que no apuremos la última botella”.

En cambio, el precio del aceite baja —cada día un poco más— porque los registros de cotización se guían por las pocas compras y venta que se hacen, que son poco representativas de lo que ocurre. Son mínimas y ofrecen la sensación de que los agricultores le quitan céntimos al aceite cada día, pero es algo irreal. Por otro lado, los grandes envasadores y vendedores de aceite tienen mucho volumen almacenado, por lo que no van a salir a comprar hasta que lo agoten todo o que vean que cambia la tendencia. Además, Jaén y, consecuentemente, España ofrecen el aceite de oliva mucho más barato que en Italia y Túnez.