La guitarra, las papas, el cubalitro y buen rollo

Ya avisó Jesús Rodríguez, más conocido como “El Koala”, de que el “leitmotiv” de su visita a tierras jiennenses era, además de presentar El baile de las papas, hacer bailar a los “fans” con el “cubalitro” lleno. Y lo cierto es que así fue. El Pub Rosetas tuvo un lleno para oír a uno de los candidatos al trono del reinado musical de la canícula. Como si de una estrella de “Hollywood” se tratase o como si fuese el mismísimo Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud, El Koala se dio un baño de masas y no paró de tomarse “selfies” e imágenes fijas con sus entregados seguidores.

Y es que el cantante malagueño no dejó indiferente a nadie. No solo no puede reprochársele que no genere buen rollo en todos sus conciertos, a lo que ayuda su particular idiosincrasia musical; sus temas de carácter “campestre” —como él mismo los define— y hasta la simbología, pues no hay más que ver la pegatina de un burro que tiene en su guitarra.

Rodríguez fue un “show-man”, un terremoto “rural” surgida para amenizar la calurosa tarde jiennense, y los aficionados se lo agradecieron con numerosos aplausos y, sobre todo, al salir a la pista a bailar. Y es que El Koala no pretende otra cosa que hacerlo pasar bien.