La menor a los policías: “No quiero estar aquí, quiero irme a mi casa”
Una peroxileña, víctima de “secuestro” y delitos sexuales
José Francisco L. R. abrió la vivienda en la que se encontraba, en la ciudad granadina de Baza, y se identificó ante los policías nacionales que se lo pidieron. Le preguntaron si estaba con él la chica de Torreperogil que buscaban sus padres desesperadamente desde el lunes. Se mostró dudoso y, finalmente, hizo un ademán con el que parecía asentir con la cabeza. Los agentes no se lo pensaron y comenzaron a llamar a gritos a la adolescente —hasta ese momento desaparecida— que, al instante, salió en busca de su ayuda. “No quiero estar aquí, quiero irme a mi casa con mi madre”, les dijo llorando. Eran, aproximadamente, las seis de la tarde del martes y en el municipio bastetano concluía la búsqueda de la segunda hija de Antonio y Teresa, una adolescente de 15 años, a la que sus padres habían visto por última vez camino del instituto.
Los funcionarios de la Comisaría, —que dieron con la peroxileña después de recibir la llamada de una vecina que conocía su desaparición por los medios de comunicación— detuvieron al adulto que estaba con ella. Este, tras declarar ante su señoría, quedó ayer en libertad con cargos. Se le imputan los delitos de detención ilegal, es decir, secuestro, y contra la libertad sexual, el título genérico con el que alude a relaciones entre un adulto y un menor de edad, así lo decidió el Juzgado número 1, que estaba de guardia, y que se inhibe a favor del 2, que será el que instruya la causa. Aunque está en la calle, el juez impone medidas cautelares contra José Francisco L. R., como la obligación de estar alejado de la menor a una distancia mínima de 500 metros y la imposibilidad de comunicarse con ella hasta la culminación del procedimiento abierto en los tribunales. Los padres de esta menor de Torreperogil acudieron a la Guardia Civil el lunes, al echarla en falta durante horas, y muy preocupados por su ausencia. La Benemérita activó el protocolo de búsqueda que contempla la distribución de la fotografía y los datos de la desaparecida por todas las comisarías y cuarteles de España.
Los padres de la menor apuntaron desde el primer momento a que su hija se había ido con alguien “que conocía del Facebook”. Este, a tenor de los avances policiales del caso, es José Francisco L. R. Se trata de un varón de 42 años, con residencia en Gerona, como explicaron fuentes del caso, pero que se había trasladado últimamente a la vivienda de un tío, en la ciudad granadina de Baza. “Contactó con él en las redes sociales, de buena fe, hace dos años. Yo denuncié después que la estaba acosando y, aunque se abrió una investigación, finalmente, el caso fue archivado”, relata el padre de la adolescente, de 15 años. Ya con su hija en casa, sana y salva, y al escuchar su relato, cree que el hombre la coaccionó para que se fuera con él. Los dos se desplazaron hasta el municipio bastetano en un autobús de línea, al parecer, el mismo lunes, un viaje largo, que no es directo, a pesar de que la carretera autonómica A-315 une directamente los municipios de Torreperogil y Baza, como principio y final de esta arteria. Por el momento, se desconoce qué hicieron exactamente la adolescente y el adulto. Precisamente, hoy, la chica acudirá junto a sus padres para prestar declaración. Lo que sí quedó demostrado, con las pruebas médicas que se le practicaron a la peroxileña de 15 años, es que continúa aún siendo virgen.
contacto. La menor de Torreperogil y el detenido el martes se conocieron a través de las redes sociales, hace dos años, cuando ella tenía 13 y él 40.
Hospital. Las pruebas practicadas a la chica en el centro hospitalario de Baza descartaron que hubiera mantenido relaciones sexuales con penetración.
cargos. El hombre de 42 años está imputado por un delito de detención ilegal y contra la libertad sexual, por supuestamente retener contra su voluntad a la menor y mantener algún tipo de relación íntima con ella.
vivienda. Los padres de la adolescente, que tienen otra hija mayor, son conocidos en Torreperogil por vivir en la casa de la ermita de la Virgen de la Misericordia.
pistas. Los padres comprobaron que la menor había salido de su casa el lunes con unos diez euros y también echaron en falta alguna ropa. Siempre se mostraron convencidos de que no se había ido por voluntad propia.