La Merced se llena de valientes

Medio centenar de jóvenes del proyecto Corazón Valiente se unen a una ruta por el centro histórico

07 dic 2017 / 08:58 H.

Mohamed, un escolar de doce años del colegio de Santo Tomás, mantiene agarrada firmemente la mano de Alba, una alumna de once años del colegio Maristas en Jaén capital. Ambos sonríen a la salida de las instalaciones deportivas del Barrio de la Merced tras un desayuno y marchan camino a la Catedral de Jaén con su monitora, Alegría Crespi, de la obra Social Marista. “No vayamos corriendo, vamos todos juntos”, les explica. Tras ellos, medio centenar de jóvenes del proyecto Corazón Valiente de la Fundación Marcelino de Champagnat les acompañan en una yincana urbana para conocer el barrio más monumental del Casco Histórico de Jaén, La Merced.

Se trata de un proyecto social puesto en marcha con el apoyo de la Obra Social de la Caixa y Caja Rural de Jaén, donde colabora la Asociación de Vecinos Unidos por la Merced y que aglutina a unas 20 familias del barrio en posible riesgo de exclusión social asistidas por psicólogos, como José Álvaro Genero, y una docena de voluntarios.

La jornada de la yincana urbana comenzó temprano, a las 11:00 horas, en la Plaza de la Merced, junto a la Fuente Nueva y el Palacio del Capitán Quesada Ulloa, con la recepción de los jóvenes de las familias del barrio y las llegadas del colegio Maristas.

“Corazón Valiente se trata de un programa donde asistimos a las familias, trabajamos con ellas desde sus hogares, sus necesidades educativas, sociales, laborales afectivas y lúdicas”, explica José Álvaro Genero, psicólogo de la Fundación Marcelino Champagnat. “Hoy también nos acompañan alumnos del colegio Maristas, para que intercambien experiencias, juegos y talleres con sus vecinos de La Merced”, señala el responsable de la Pastoral de Maristas, Alonso Barrionuevo. Además de la presidenta de Unidos por La Merced, Guadalupe Espinosa, les acompañaron hasta una docena de voluntarios, como Alegría Crespi, quienes fueron los encargados de repartirlos en grupos y darles un desayuno completo.

Junto a la pista de fútbol sala, colocaron una mesa repleta de donuts, galletas, zumos y pastel de bizcocho. Los menores del barrio se mezclaron y desayunaron y esperaron, pacientes, para comenzar la jornada tan apasionante que les organizaron. Los jóvenes emprendieron, así, la yincana urbana desde la iglesia de La Merced hasta el cantón de Jesús. A poco pasos de allí, han llegado hasta el Torreón de los Condes de Torralba, los restos de la muralla árabe que aún perduran junto al colegio Santo Tomás donde diariamente estudia Mohamed. La comitiva encontró una interesante parada en la calle Carrera de Jesús, donde contemplaron la obra culmen de Andrés de Vandelvira, la Catedral. El paseo también les llevó hasta el Arco de San Lorenzo, cuyo interior aún conserva los azulejos mudéjares. Una actividad que les inculcó el respeto por un barrio declarado Patrimonio de la Humanidad.