Las ganas de ser feliz

El director de Diario JAÉN, Juan Espejo, hace un canto al optimismo en la apertura de la gala

07 jun 2017 / 17:01 H.

“Quiero, a las claras y sin requiebros, guiarles hacia el optimismo, la ilusión y la alegría”. Esa fue una de las últimas frases que pronunció el director de Diario JAÉN en su discurso de bienvenida a la edición número 32 de los Premios Jiennenses del Año. Unas palabras que resumen perfectamente el mensaje que Juan Espejo quiso transmitir a las más de 1.500 personas que abarrotaban el Parque Andrés de Vandelvira. Un canto al optimismo en el que se descubrió el alma para “hablar de otras cosas”. Un poema a las ganas de vivir y, sobre todo, de “ser inmensamente feliz”, que brotó del fondo del corazón y “de las entrañas mismas”. “Tan acostumbrado está uno como director de un medio de comunicación a ver la urgencia de las cosas que pasan a su alrededor que no se detiene un segundo siquiera para apreciar las pequeñas grandes cosas de la vida... Puñetero oficio”, dijo.

La lista de Juan Espejo de las cosas que realmente importan la suscribiría cualquiera: “la familia, los hijos, los amigos, un libro, una película, una canción, un aroma, el campo, este parque mismo en fantástica compañía, la buena mesa, las reuniones largas y las juergas, también, claro que sí”, enumeró. Eso sí, el director de Diario JAÉN puso de manifiesto la necesidad básica de querer primero “si quieres que te quieran”. Es la atractiva magia de la vida sencilla y normal. En este ámbito, Juan Espejo recordó cuál debe ser el papel del periodista como notario de la actualidad y fue aquí donde reivindicó un oficio cercano, pegado a la ciudadanía: “No debiera ser un género menor. Deberíamos escribir de lo que le pasa a la gente, que el buen periodismo es sencillamente eso, contarle a la gente lo que le pasa a la gente”, especificó.

Personas que sobreviven, pero que quieren vivir y buscar la felicidad, pese a los problemas, “a la escasez de arrumacos económicos y sociales”. “Todos queremos vivir intensamente, plenamente. Sea porque la vida son tres días y dos estamos enfadados, sea porque nunca esperamos que nos la den siempre, siempre, siempre por el mismo lado, qué ilusos, el caso es que buscamos alegrías antes que desesperanzas”, matizó. Y en este punto, fue cuando Juan Espejo se permitió lanzar un consejo a los asistentes a la Gala: “La vida es breve, no la hagamos pequeña... Que Jaén bien vale una sonrisa”.

En ese canto continuo al optimismo, al relato de las otras cosas, el director de Diario JAÉN señaló una máxima del maestro de periodistas Ryszard Kapuscinsky, ese que dice que las malas personas no pueden ser buenos periodistas. “Y uno, a estas altura de la vida, solo busca buenos ratos y mejores noticias, eso sí, desde la honestidad y la valentía, la responsabilidad y la belleza”, prosiguió. Y agregó: “Que el buen periodismo es verdad, belleza y bondad, no lo olviden, bondad también, aunque no esté de moda y se rían de uno por decirlo. Bondad, verdad y belleza con la literatura de un buen periódico”.

Y en ese canto al optimismo y a la reivindicación del buen periodismo también hubo espacio para la autocrítica, con ese error tan común de los periodistas que se olvidan de las “otras cosas”: “Seguro que ustedes, como yo, también se aburren de mirar siempre al escaparate de la vida que nos imponen, nos marcan, también los medios de comunicación, por qué no decirlo... Y dejamos a un lado el patio de butacas, dejamos a un lado a la gente que habita ese patio de butacas de la vida perra, de esa gente que pasa fatigas para llegar a fin de mes...” Un retrato de la gente de esta tierra, “hecha de esa savia y de esa pasta especial formada cual olivos milenarios retorcidos y ajados”.

Juan Espejo remató su discurso como lo había empezado, con un alegato de alegría: “La vida y ustedes, ustedes y la vida, merecen siempre la pena”.