Los brillantes del Fuente de la Peña

Demostraron ser alumnos excelentes en el Bachillerato que cursaron en el instituto de Secundaria Fuente de la Peña, de la capital, y, hace un mes, volvieron a exhibir cualidades en esa evaluación decisiva que es la Selectividad, conocida ahora en Andalucía como Pebau (prueba de acceso a la Universidad). Pero, no contentos con todo eso, Vicente Rodríguez Lledó y Óscar López Serrano han hecho triplete, sumando a sus envidiables currículos académicos los Premios Extraordinarios de Bachillerato que, anualmente, convoca la Junta de Andalucía para reconocer a los estudiantes más brillantes.

Pero con su gesta, además, han conseguido otra cosa: elevar la reputación y el prestigio de la enseñanza en el instituto “Fuente de la Peña”, ya que se ha alzado con dos de los seis premios extraordinarios que le correspondían a la provincia en virtud del número de alumnos matriculados en esta etapa educativa. No es la primera vez que uno de sus estudiantes consigue este reconocimiento. Hace un par de años, otro alumno se hizo con uno de ellos. Lo llamativo es que hasta ese momento el “Fuente de la Peña” no había participado nunca en estas pruebas, así que este palmarés es “un orgullo inmenso”. “Demuestra que el profesorado lo está haciendo bien”, sintetiza el director del centro y profesor de Filosofía, José Manuel Jiménez.

De los seis premiados, Rodríguez Lledó es el alumno que ha obtenido mejores puntuaciones. Sobre un total de 40, ha obtenido 37,25 en la media ponderada entre las cuatro pruebas que integran estas convocatorias (Filosofía e Inglés y Matemáticas e Historia). Y asegura: “No supuso mucha presión, porque no perdía nada”. Solo tienen posibilidad de hacer estos exámenes, aquellos alumnos que tienen más de un 8,75 de nota media de Bachillerato. Rodríguez Lledó la superaba ampliamente, con una media ponderada entre ambos cursos de 9,35. Y, después, esas buenas notas tuvieron su réplica en la Pebau, con un 11,2.

Ahora, gracias al Premio Extraordinario de Bachillerato ha conseguido lo que parecía imposible cuando se quedó a unas décimas de cerrar expediente con Matrícula de Honor: la gratuidad del primer curso en la Universidad, además de 500 euros extras que este futuro ingeniero informático dice que invertirá en los libros, “que son caros”, y en un ordenador.

López Serrano, por su parte, ya tenía parte de ese camino andado. El 10 de su expediente de Bachillerato le brindó la Matrícula de Honor sin necesidad de concurrir a esta prueba extraordinaria. La gratuidad de las asignaturas del primer curso de grado la tiene asegurada y, como, por otro lado, quiere ingresar en la Academia Militar de Zaragoza, le sirve de poco. “Mi motivación no era esa”, confiesa este estudiante que ha conseguido 34 de 40 puntos en la media ponderada de las cuatro pruebas del Premio Extraordinario. Era una cuestión de “orgullo”. Y explica porqué: “Tengo un hermano mellizo que, en la ESO, ganó el Premio Extraordinario y yo me quedé con un 9 y me escoció un poco. Ahora, él se ha quedado a las puertas”.

Superadas las pruebas con éxito, tanto Rodríguez Lledó, como López Serrano coinciden en la importancia de la constancia y de la organización en el estudio para mejorar el rendimiento intelectual. Pero, sobre todo, subrayan las dinámicas de trabajo del instituto “Fuente de la Peña” y la motivación que les ha transmitido el profesorado, su cercanía, su preocupación por el alumnado y cómo promueven la participación de este en las clases. Rodríguez Lledó recuerda la asignatura “Tecnología Industrial”: “La profesora Esther nos animaba a hacer actividades en la pizarra, a dar explicaciones a quienes no lo entendían y había una gran participación”. Y eso, por poner un ejemplo.