Los empleados de Aeroepoxy no se rinden y salen a la calle

La empresa busca posibles inversores que la mantengan a flote

12 oct 2017 / 11:36 H.

La compañía Aeroepoxy, dedicada al diseño, fabricación y venta de piezas para el sector aeronáutico y ferroviario, entró en fase de liquidación, el año pasado, en el mes de diciembre, ante la indignación y desesperanza de sus trabajadores. Esta situación afectó a un total de 54 empleados, junto con sus familias, que se enfrentaron a un expediente de regulación temporal de empleo. Pese a los intentos de solucionarlo repartiéndolo entre todos, no han logrado frenar la caída de la empresa. El ERTE estuvo previsto para los primeros cuatro meses de 2017, pero se prolongó hasta el mes de septiembre y podría tener cabida a finales de año.

Ante la ausencia de carga de trabajo que permitiera salir de la situación de crisis que sufría la factoría, desde el comité se esperaba la entrada en concurso de acreedores. Sin embargo, la decepción por el pase directo a la fase de liquidación fue evidente. Ramón Rayo, presidente del comité de la empresa, explicó: “Nos sentimos realmente engañados por el gerente, ya que no se nos había comunicado en ningún momento que la empresa podría entrar en fase de liquidación. Se nos anunció en la última reunión con los administradores concursales, y es algo que complica toda la situación más aún, ya que al estar sin liquidez, los plazos se acortan bastante”, dijo.

En la actualidad, la compañía se encuentra en una situación insostenible. Los embargos quedan paralizados y “resulta inútil pedirle al juez que libere esa liquidez con la que hacer frente a los sueldos de la plantilla, que por otra parte llevan sin cobrar desde el pasado mes de julio”, declara Rayo. En cuanto a las firmas que pueden estar interesadas en la adquisición de Aeroepoxy, tienen un plazo de inversión muy corto.

Concentraciones. La anterior situación en la que se encontraba la empresa les permitía solucionarlo mediante la carga de trabajo con la que hacer frente a nuevos pedidos y recibir liquidez para sacar todo adelante. Sin embargo, dice: “De nada sirve que lleguen estos pedidos si la empresa está en liquidación, por lo que la solución es la venta de la misma a otra firma”. La aparición de un nuevo inversor es el bote salvavidas que esperan los trabajadores linarenses. Si esta situación no se produjese, se sumarían a la lista de desempleados con motivo del cierre.

“La única esperanza que nos queda es que venga alguna empresa y se haga cargo de todo, ya que, de no ser así, se procedería a la venta definitiva de las naves, subasta de maquinaria y toda la plantilla acabaría en la calle”. Por ello, intentarán prorrogar el ERTE hasta diciembre para intentar solucionar la situación.

Desde que Aeroepoxy entró en este estado, las concentraciones frente a la fábrica o en las calles de Linares se han hecho algo habitual. Rayo asegura: “Seguiremos peleando en la calle por el mantenimiento de nuestros 54 puestos de trabajo. Lo haremos cada martes entre las 7 y las 8 de la tarde a modo de protesta pacífica por la gravísima situación que estamos viviendo”.

El presidente del comité argumenta que desde Comisiones Obreras están luchando para encontrar una vía de escape a través de la Administración, e intentan atraer a algún nuevo inversor. Además, los trabajadores solicitan a los dirigentes de la compañía que, en caso de llegar alguna oferta para hacerse cargo de la empresa, la escuchen sin plantear demasiados impedimentos ante la gravedad del asunto. “Está en juego el futuro de 54 familias”, concluyó Rayo.

Por el momento siguen a la espera de que el juez decida si levanta los embargos. Desde la comisión trabajan con la Administración y luchan por encontrar una solución que ponga fin a esta situación. “Intentamos movernos por todos lados para encontrar un buen inversor, pero no es fácil, seguimos las negociaciones con la Diputación para ver posibles candidatos e intentar que sean lo más serios posibles y traigan un buen proyecto de trabajo”.

Actualmente, siguen a la espera de la prórroga de tres meses para no generar nueva deuda, y analizando si sale un comprador o se vende. “Mientras no se levanten estaremos en la calle cada martes. Intentando coger fuerza cuando salimos a la calle a manifestarnos, pero a veces se hace cuesta arriba”.

“Aún seguimos a la espera de que la juez decida si levanta los embargos”

Desde el comité de empresa aseguran que los trabajadores de Aeroepoxy Composites Andalucía se encuentran muy desanimados ante las malas noticias y la situación que están viviendo en estos momentos. “Algunos están decepcionados y fastidiados. Sin embargo, pese a lo duro que está siendo todo, la sensación en todo el grupo es la de seguir teniendo ganas de luchar hasta el final y pelear por cada uno de los puestos de trabajo. No perdemos la esperanza”, argumentó Ramón Rayo.