“Los vi claramente y son ellos”

Visto para sentencia, tras dos aplazamientos, un juicio por intento de homicidio

02 mar 2017 / 12:09 H.

Como hace casi un mes, cuando comenzó el juicio contra dos “Pikikis” acusados de disparar contra un “Mallarín”, en la calle Arquitecto Berges de Jaén, sede de la Audiencia Provincial y escenario de la vista, flotaba la sensación de que algo podía ocurrir. “Antidisturbios” de la Guardia Civil, con el coche patrulla atravesado sobre la calzada, echaba un ojo en el cruce de Ejército Español con Puerta del Sol y la vía dedicada al insigne urbanista jiennense. A escasos metros, policías nacionales, con chalecos antibalas, en otros puntos estratégicos. Cerca, un grupo de unos cincuenta amigos y familiares de los dos acusados “tomaban el sol”, en una pared de la Comisaría. En la puerta del Palacio de Justicia, nadie se libraba de pasar por el arco detector de metales y, en la sala de vistas, un miembro de la familia “Mallarín”, enemiga declarada de los “Pikikis”, como este último clan es de los primeros, desvelaba el misterio. “Los vi claramente y son ellos”, dijo en alusión a los dos presuntos autores del intento de homicidio, el 2 de julio en 2015, en Arrayanes, un barrio de Linares.

El hombre que se libró de ser tiroteado, así lo considera el Ministerio Público en su escrito de calificaciones, declaró a la tercera y por videoconferencia. En dos ocasiones fue llamado ante el tribunal, pero no acudió. La declaración a distancia de la supuesta víctima, que dijo sentir miedo, facilitó que prestara testimonio y rebajó la tensión con respecto a la primera vista, en la que había todavía más policías que ayer, incluso, sentados entre el público que asistía a la audiencia pública. El que sí estuvo allí fue otro de los ausentes en la sesión inaugural, un pariente del “Mallarín”, que pasó de asegurar en su primera declaración, que iba en el coche contra el que dispararon a pretextar que no se acuerda de nada. Es más, a preguntas del fiscal jefe, Carlos Rueda, aseguró que, cuando dio su primera versión, según él, “estaba borracho”. “Miguel (el supuesto tiroteado) me dijo que contara cuatro cosas”, insistió, para dar a entender que se inventó lo que dijo ante la Policía. La defensa le preguntó que si había acudido a la vista libre y voluntariamente, a lo que respondió que sí. También negó cualquier tipo de coacción y amenaza y, como hicieron los imputados, llegó a poner en tela de juicio la existencia de un enfrentamiento entre “Pikikis” y “Mallarines”. Tras prometer a la presidenta del tribunal, María Esperanza Pérez Espino, que no se había enterado de que estaba citado en el juicio, abandonó la sala de vistas. Mientras recogía su carné de identidad, cruzó la mirada con los dos “Pikikis” que había en el banquillo.

Tras la última ronda de testificales, la defensa pidió la libre absolución para los encausados. El Ministerio Fiscal decidió elevar a definitivas sus conclusiones y mantuvo su petición de condena. Para Manuel E. M. son ocho años y medio de cárcel; mientras que para Sebastián M. M., nueve. Afirmó que los dos habían faltado a la verdad ante el tribunal, lo que vio como un indicio de su culpabilidad. “Una cosa es no declarar en su contra y otra cosa tener derecho a mentir”, reflexionó, tras recordar que la coartada de Manuel E. M., de que estaba en Fuengirola con su amante, quedaba desmontada con el seguimiento de su teléfono móvil, que lo situaban poco antes del tiroteo cerca de la calle Espeluy de Jaén, camino hacia Linares. En cuanto a lo dicho por Sebastián M. M., que también dijo estar en la ciudad costasoleña, el Ministerio Público mostró su extrañeza de que, aunque había asegurado haber huido allí por tener miedo de un ataque de los “Pikikis”, en lugar de buscar la protección policial, permaneció oculto meses hasta que se entregó voluntariamente por los hechos juzgados. “Es curioso que, con lo grande que es España, los dos estuvieran en Fuengirola”, razonó el fiscal que apostilló que, aunque el tiroteado dio hasta cinco declaraciones distintas sobre lo ocurrido, en todas ellas situó dentro del coche desde el que se efectuaron los disparos a Sebastián M. M. y a Manuel E. M. Y es que juzgó que los cambios de versiones de los implicados tenían que ser entendidos como una prueba más de las “peculiaridades” del juicio, que dirime un capítulo más de la historia de odio entre las dos familias que, como dejó ver, prefieren solucionar sus problemas al margen de la ley. El juicio quedó visto para sentencia finalmente.

claves

coartada. La supuesta víctima señaló como autor del tiroteo a un miembro de los “Pikikis” que luego se probó que estaba en Úbeda ese día.

sangre. Antonio Mallarín Moreno murió por disparos de dos “Pikikis” en 2006 y, dos años más tarde, las dos familias se enfrentaron a tiros en Linares.

seis tiros. El coche del “Mallarín” en los hechos ocurridos en julio de 2015, recibió media docena de disparos efectuados por un revolver.