“Mi hijo se fue a tomar un café y ya no volví a verle”

20 nov 2017 / 19:19 H.

Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico

A Gustavo Martínez y a Gracia Montoro les cuesta hablar de lo que le ocurrió a su hijo, Alejandro, de 30 años, aquella fatídica noche de 2009. “Todavía me emociono”, recuerda el padre. Era viernes y el joven iba de copiloto en un vehículo. “Se montó en un coche que no tendría que haber cogido”. El conductor bajó muy rápido hasta la Bariloche y en la rotonda “voló”. “Mi hijo salió por la ventana y se abrió la cabeza”. Los padres descubrieron lo ocurrido a la mañana siguiente, pues no llevaba carné y no pudieron localizarles antes. “Fue un golpe muy duro, cambia totalmente la vida”, lamenta Gustavo Martínez.

El matrimonio tiene tres hijos más, que también lidiaron, y todavía luchan, por sobrellevar el dolor de lo ocurrido. “Afecta a toda la familia”. El apoyo tras el suceso fue esencial para, poco a poco, recuperar la normalidad, aunque “siempre se lleva en la mente, se recuerda todos los días. Echo de menos a mi hijo”. Gracia Montoro, su mujer, lo lleva peor. Ella antes participaba en la asociación “Stop Accidentes” más a menudo, pero al final tuvo que dejarlo, “era muy duro, no lo podía soportar”. “En casa pensaba todo el rato en lo mismo, luego en la asociación lo repetía durante las reuniones y, después, regresaba y seguía pensando en lo que habíamos hablado, me estaba volviendo loca”. Desde 2009 han compartido su experiencia con otros progenitores y familiares que pasan por su misma situación. “Los padres no estamos preparados para que un hijo se vaya así”, insiste la madre de Alejandro. “Él se fue a tomar café y ya no le volví a ver. La vida cambia en un segundo, hay que valorarlo más”.

HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS:

Los datos no mejoran. A poco más de un mes de concluir el año, “Stop Accidentes” alerta de que los fallecidos por siniestros en las carreteras a lo largo del año no son “muy alentadores”. Mientras se esperan los resultados más recientes, el colectivo mantiene un ojo en los de 2016, cuando en el ámbito nacional el número de fallecidos fueron 1.810, un 7 por ciento más que el año anterior. Según la asociación, en Jaén el porcentaje oscilaría un 5 por ciento. La Dirección General de Tráfico, en su pasado balance anual, contó 303 muertos en carreteras andaluzas y, en lo que va de 2017, las cifras ya se han incrementado un 21 por ciento sobre el mismo periodo de 2016. Para ser más concretos, en la provincia fallecieron 31 personas y, según la última Memoria de la Policía Local, en la capital jiennense hubo cinco víctimas mortales, una subida “notable” si se tiene en cuenta que en 2015 la cifra fue cero.

Juan Manuel Alcalde, delegado en Jaén de “Stop Accidentes”, estuvo al frente del acto en el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes, celebrado en la Plaza de Santa María. “El objetivo es no olvidar y concienciar a la sociedad de que los siniestros se pueden evitar y se debe luchar para que no haya más muertes en la carretera”, declaró, y añadió: “Nos esforzamos porque este año termine con menos víctimas”.

Alcalde aseguró que, actualmente, la gente ha interiorizado el mensaje de que, si bebe, no debe conducir, aunque todavía haya “camino que recorrer”. Las tragedias en las carreteras se suceden y es entonces cuando la asociación interviene, con la ayuda de psicólogos profesionales o abogados especialistas en accidentes de tráfico. Las charlas y los coloquios, así como las reuniones con personas que conocen de primera mano la pérdida de un ser querido en la calzada, son básicas. “La familia es donde queda el dolor del fallecido, pues le ocurre como a la víctima, que le corta la vida de raíz”.

“Lo ocurrido se intenta olvidar porque no tiene solución, por eso este tipo de homenajes consisten en conservar y vivir con el cariño de la persona que se ha ido”, afirmó Alcalde. Asimismo, denuncian las consecuencias legales para los causantes del siniestro. “Una muerte, prácticamente, se salda con una multa y es una injusticia, es como poner precio a una vida”.

Por su parte, Juan Carlos Ruiz Torres, concejal de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transportes, declaró en el acto que velar por los conductores y viandantes es “una constante, tanto de la Concejalía como de la jefatura de la Policía Local”. El concejal confirmó que Jaén es una ciudad “segura”, en la que “no se registra un alto índice de accidentes y existe una lucha continua de los equipos de señalización para que las vías estén bien indicadas”. Igualmente se mostró “orgulloso” del parque infantil de tráfico y destacó su importancia. “Los niños deben aprender cuanto antes cómo comportarse como peatones y futuros conductores, tanto de forma teórica como práctica”, afirmó, y subrayó para reducir y evitar los próximos accidentes, el “mejor método” es la prevención, “que está en la educación”.

Aspaym, dar esperanza desde una silla de ruedas

Carles Linares Molino, presidente de la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados de Jaén (Aspaym), acudió al acto en memoria de las víctimas de accidentes de tráfico pues, como explicó, la mayoría de sus socios afectados fue a causa de un siniestro en la carretera. De hecho, él mismo sobrevivió a un accidente de moto. “Un cachorro de algún cazador se me cruzó en mitad de la vía y me sacó a la cuenta, con la mala suerte de encontrar una zanja de tres metros de profundidad, por lo que fui catapultado”. Actualmente está en silla de ruedas, desde donde da esperanza a los que sufren estos siniestros. “Por desgracia, en el siglo en el que estamos, todavía hay gente que nos mira con cara de pena. A mí me decían ‘qué pena, con 25 años y ya en silla de ruedas’, pero yo no lo veo así”. Linares insiste en que hoy día hay recursos con los que las personas en su misma situación pueden tener “una vida digna y totalmente independiente”. “Al final lo que hay que tener en cuenta es que es un superviviente y que está aquí para seguir disfrutando de la vida”.

Desde Aspaym explican los medios a los que se puede acudir y cómo solicitarlos, así como dar apoyo a los afectados y sus familiares. En el colectivo se centran en la concienciación, en especial en la gente joven, su público habitual. “Se sacan el carné, de coche o de moto, y se creen que son los reyes del mambo en la carretera, que no les va a pasar nada, y no es así”. Por ello insisten en la necesidad de informar a las personas desde su experiencia de las consecuencias, ya sea del alcohol, otras sustancias o un simple despiste para evitar que les suceda a ellos o a otra persona que les acompañe.