Noventa civiles para “segar” marihuana en Pozo Alcón

Siete detenidos y 918 plantas intervenidas en una macrorredada

10 ene 2017 / 12:00 H.

Alto, Guardia Civil” fue el buenos días que despertó, cuando faltaban aún un par de horas para que amaneciera, a los vecinos de cuatro viviendas del barrio de la Era Alta de Pozo Alcón, una “conflictiva” zona del municipio de la Sierra de Cazorla que los hombres y mujeres de verde ya conocen. La Comandancia, con la respectiva autorización judicial, organizó una importante redada contra el tráfico de droga, una intervención en la que participaron unos noventa agentes del Cuerpo. El objetivo era neutralizar puntos de cultivo y distribución de marihuana, una sustancia estupefaciente que se vende al menudeo, es decir, en pequeñas dosis. El despliegue de uniformados fue vasto porque así lo requería el servicio. Y es que los civiles entraron simultáneamente en cuatro viviendas, lo que hace preciso importantes medidas de seguridad y coordinación, para no dar al traste con el factor sorpresa.

A las unidades de Seguridad Ciudadana del cuartel poceño se unieron compañeros de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) y el Servicio de Intervención Rápida (SIR), llegados desde Sevilla para apoyar a los primeros en las labores de cierre del perímetro y entrada en los domicilios, al ser preciso derribar puertas. Una vez expedito el paso, accedió la Policía Judicial, encargada de las investigaciones que llevaron a desmantelar este “supermercado” de la droga y el Servicio Cinológico, estos últimos, los agentes que buscan, con perros adiestrados para ello, estupefacientes ocultos. Aunque la labor fina se prolongó durante horas, lo cierto es que no les costó mucho a los agentes localizar la maría que crecía en descomunales invernaderos. Las plantas, en distintas fases de crecimiento, contaban con riego artificial, refrigeración, fertilización y todo lo necesario para el cultivo en el interior de un inmueble. El “negocio” de este grupo, que operaba en viviendas muy próximas entre sí, era redondo, ya que, además de obtener beneficio por la venta de la droga, no tenía gasto alguno para su producción, al abastecerse los invernaderos de electricidad de forma ilegal. Los enganches, como se explicó a este periódico, además de no estar dados de alta, no estaban realizados con garantías de seguridad, lo que representaba un auténtico peligro para el vecindario.

En esta macrooperación se aprehendieron 918 plantas. Todavía es pronto para saber el peso de la marihuana intervenida, ya que para conocerlo con exactitud hay que descontar lo que marque la tierra y los tiestos en los que estaban plantados. Eso sí, no es una cantidad menor ni tampoco fácil de transportar. Vecinos apuntaron que el Instituto Armado había solicitado los servicios de una empresa de camiones para el transporte del material decomisado. En cuanto a los arrestados, por el momento, son 7, tal y como apunta el Cuerpo. Se trata de cuatro hombres, de 25, 28, 37 y 43 años, y tres mujeres, de 22, 36 y 46, con vínculos familiares. A todos ellos se les imputa un delito contra la salud pública, derivado del cultivo y venta de marihuana, además de otro de defraudación de fluido eléctrico, al estar los inmuebles registrados conectados a la red sin contador y sin los dispositivos adecuados para ello. Evidentemente, al haber transcurrido apenas diez días del año, se trata de la mayor operación de 2017 de este tipo, aunque por el despliegue de guardias civiles, hay que remontarse en el tiempo para recordar una intervención así en la provincia jiennense.

El barrio de la Era Alta es el punto “más conflictivo” de toda la comarca

No es la primera vez que el barrio de la Era Alta, de Pozo Alcón, sale en los periódicos. Los vecinos hablan directamente de un foco de delincuencia en esta zona del casco urbano, situado en la parte alta del pueblo, a un paseo del centro. La calle Nueva constituye la principal vía del considerado “punto más conflictivo” de la comarca. En diciembre de 2010, hubo una operación similar a la de ayer en el municipio y también en marzo de 2007, en todos los casos, con un importante despliegue del Cuerpo en una población que, por lo demás, es tranquila, como el resto de la provincia jiennense. La forma de operar de grupos de este tipo es la adquisición de viviendas contiguas, que conectan entre sí, y que dotan de importantes medidas de seguridad, para dificultar el acceso; de ahí que los registros impliquen un importante esfuerzo de la Guardia Civil, con el derribo de puertas blindadas en ocasiones. Cuando la Comandancia programa operaciones así, se cierra el perímetro del barrio, para evitar que acudan curiosos y que entren en escena familiares de aquellos que hay previsto detener, lo que puede generar momentos de tensión y algún altercado. Además de droga, en estas acciones llegó a incautar hasta vehículos de alta gama y joyas.